No me engañas, siesta
Poema publicado el 11 de Octubre de 2016
En un cuadro de maderas apiladas
bajo escuálidos árboles,
la siesta ofrece
perfecta imagen de calma y de silencio;
ni un pájaro canta, las hojas están quietas.
Pero al mismo tiempo
sensaciones cuasi dolorosas despiertan
de miedos inexplicables;
¿energías dormidas por siglos
están siendo liberadas?;
cada vez que desvío la mirada
lucecitas estallan,
de entre las tablas mil ojos atisban;
suenan zumbidos que no suenan;
no me engañas, siesta, con tu aparente quietud,
no me engaña tu tranquila belleza;
algo tratas de decir
animal, vegetal, mineral,
recoges energías desbandadas
careces de olfato, oido, tacto,
voz, gusto, me desconciertas,
no tienes necesidad de decir nada,
¿no hay ya suficientes pesadillas?;
limítate a ocupar tu lugar, siesta,
en el espacio y en el tiempo.
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Poema publicado el 11 de Octubre de 2016
En un cuadro de maderas apiladas
bajo escuálidos árboles,
la siesta ofrece
perfecta imagen de calma y de silencio;
ni un pájaro canta, las hojas están quietas.
Pero al mismo tiempo
sensaciones cuasi dolorosas despiertan
de miedos inexplicables;
¿energías dormidas por siglos
están siendo liberadas?;
cada vez que desvío la mirada
lucecitas estallan,
de entre las tablas mil ojos atisban;
suenan zumbidos que no suenan;
no me engañas, siesta, con tu aparente quietud,
no me engaña tu tranquila belleza;
algo tratas de decir
animal, vegetal, mineral,
recoges energías desbandadas
careces de olfato, oido, tacto,
voz, gusto, me desconciertas,
no tienes necesidad de decir nada,
¿no hay ya suficientes pesadillas?;
limítate a ocupar tu lugar, siesta,
en el espacio y en el tiempo.
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