Eneatipo i "a la ira"
Poema publicado el 27 de Mayo de 2010
Nívea lanza draconiana
Es mi dedo inquisidor,
Que se clava en la mundana
Y sucia juerga, con rigor.
Señalando al indecente,
Al espurio, ¡A ese ruin!,
E imprimiéndole en la frente
Un estigma, cual Caín.
Marcho devastando sendas
Con el fuego de mi entraña,
Llama que vuelco a sabiendas
Sobre el cínico que engaña
A mi ley con sus defectos
Vestidos de libertad.
¿Cómo de aquel incorrecto
Puede Dios tener piedad?.
Esta mano no se apiada
Ni del padre, ni del hijo.
“¡Hiere todas las quijadas!,
Yo te amparo” el Bien me dijo.
“Poco importa que en tu dogma
Se congele hasta el amor.
Si el amor no es a la norma,
Ve y apaga su fulgor”.
¡Cuántos me llaman insano,
Por regir con agresión!
Solo me han dejado en vano,
Mi voz pena en su función.
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Poema publicado el 27 de Mayo de 2010
Nívea lanza draconiana
Es mi dedo inquisidor,
Que se clava en la mundana
Y sucia juerga, con rigor.
Señalando al indecente,
Al espurio, ¡A ese ruin!,
E imprimiéndole en la frente
Un estigma, cual Caín.
Marcho devastando sendas
Con el fuego de mi entraña,
Llama que vuelco a sabiendas
Sobre el cínico que engaña
A mi ley con sus defectos
Vestidos de libertad.
¿Cómo de aquel incorrecto
Puede Dios tener piedad?.
Esta mano no se apiada
Ni del padre, ni del hijo.
“¡Hiere todas las quijadas!,
Yo te amparo” el Bien me dijo.
“Poco importa que en tu dogma
Se congele hasta el amor.
Si el amor no es a la norma,
Ve y apaga su fulgor”.
¡Cuántos me llaman insano,
Por regir con agresión!
Solo me han dejado en vano,
Mi voz pena en su función.
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