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Soy - Poemas de Ascanio Justiniano Nava Rodriguez



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Categoría: Poemas de Amor
Soy
Poema publicado el 03 de Julio de 2011

Soy …
Donde se triza el arco iris y se convierte en Carnaval de colores, donde las musas se inspiran para regalarle al universo, sinfonías divinas y formas espectaculares. Donde se calla el silencio y deja paso al fervor bullanguero. Donde es Bolivia, se encuentra Oruro, la Capital del Folklore, solar de la OBRA MAESTRA DEL PATRIMONIO ORAL E INTANGIBLE DE LA HUMANIDAD. Es este tiempo y espacio sagrados, conocido como Carnaval de Oruro, aquende los hombres son dioses en eterno conflicto. Do el bien subyuga al mal y los diablos se postran a expiar sus pecados ante la patrona inmaculada, la Virgen del Socavón.

Si, acá se encuentran trashumantes y sedentarios, centro universal del mundo sagrado del universo andino, inicio de la palabra buena y el sentimiento ardiente de fe a mama Pacha. Misterioso y sigiloso proverbio de vida protegida por muchos dioses bienhechores.

Es en este planalto de raíces de argento y tronco de estaño, donde el sudor de copajira se vuelve sangre y savia, para darle a su portentosa patria los suspiros de su vida que se extinguen sin llegar ni siquiera a ser viejo; por eso los hombres de la tierra, los del profundo socavón se hacen del Huari C’ato, sobrinos, rindiendo homenaje a este su Tío, cada viernes de Carnaval, imitándolo  bailan convertidos en él, en huaric’atos.

Yo !!! vengo de la gruta oscura y húmeda, caverna hiriente donde copula mi muerte con la desdicha y el infortunio. Vengo de la oscuridad que reluce con mi omnipresencia, soy la bulla que duerme en el tiempo y renace en ti, convertida en fiesta.

Soy, viento que canta en el tiempo que envuelve el espacio sagrado de mi fe. Caminante que viene en las voces que Dios ha sembrado en los primeros hombres que hicieron del miedo, del sueño, la muerte y el cielo, la cultura que ostento y me muestro y vivo como si fuera igual que en aquel tiempo, el tiempo de ayer. El tiempo de mis abuelos.

Me quieren hacer, ira, gula, avaricia. Me dicen que soy, soberbia, pereza, lujuria o envidia, como si fuera  espejo para que vean en mí, sus propios defectos que importados inculcan en la ostia bendita y el cáliz de vino.

Mírenme, soy el Tiw, mimetizado en traje ajeno, escondido en esta máscara, agraviado, calumniado, me hacen otro, sin ser yo. Me dicen diablo, me someten con espadas. Me siega la vista la luz de una candela, el resplandor y el aroma de una presencia divina me reduce el ansia de interpelar su presencia, y me postro sumergido pidiendo perdón.

Soy, carne viva que al final de su tiempo, se convierte en cause, río y rivera de un solo turbión. Remanso y remolino de aguas blancas y aguas turbias que bañan tremendas altos planos, valles y trópicos, para desbocar  en un solo corazón.


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