Esto sí es un "adiós"
Poema publicado el 18 de Abril de 2023
La vida es misteriosa,
considerada hermosa,
por ser corta valiosa,
y vista como la gran cosa.
La muerte es traicionera
pero gran justiciera,
inevitable para cualquiera,
no es que uno quiera.
Si yo antes pensaba
que la muerte me llamaba,
qué equivocada estaba,
porque por mí no llegaba.
Eras tú la ficha,
de por qué la muerte acecha,
y yo estaba deshecha,
porque de tu hora era fecha.
No quería dejarte,
pero de mí no era parte
la decisión de quedarte,
tenías que marcharte.
Que era lo mejor sabía,
pero de consuelo no servía.
Tu eras mi guía,
y sin ti estoy vacía.
Ahora te has ido,
físicamente perdido,
pero vivo está tu recuerdo,
que con esfuerzo he mantenido.
“Adiós” fue lo que dije,
aunque por dentro maldije,
pues tarde yo deduje,
que de mi corazón eras dije.
Estuve ahí en el proceso,
soportando todo el peso
para darte un último beso,
testificando tu deceso.
Me expresé en palabras,
que aún si no eran vacías,
se sentían lejanas,
como acalambradas.
Ahora estás en descanso,
con la muerte en un abrazo.
De antemano hubo aviso,
aunque no fue tan preciso.
La muerte es más hermosa,
aunque se piense otra cosa.
Mantendré la esperanza
de verte en la otra balsa.
Y cuando llegue ese día
lloraré de alegría,
pues verte bien, vida mía,
era todo lo que quería.
Esto es un pedido,
un adiós definido.
De ti no me olvido,
pero sí me despido.
Tengo dos palabras,
como mi “adiós” serán tomadas,
son “Perdón” y “Gracias”,
espero sean recordadas.
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Poema publicado el 18 de Abril de 2023
La vida es misteriosa,
considerada hermosa,
por ser corta valiosa,
y vista como la gran cosa.
La muerte es traicionera
pero gran justiciera,
inevitable para cualquiera,
no es que uno quiera.
Si yo antes pensaba
que la muerte me llamaba,
qué equivocada estaba,
porque por mí no llegaba.
Eras tú la ficha,
de por qué la muerte acecha,
y yo estaba deshecha,
porque de tu hora era fecha.
No quería dejarte,
pero de mí no era parte
la decisión de quedarte,
tenías que marcharte.
Que era lo mejor sabía,
pero de consuelo no servía.
Tu eras mi guía,
y sin ti estoy vacía.
Ahora te has ido,
físicamente perdido,
pero vivo está tu recuerdo,
que con esfuerzo he mantenido.
“Adiós” fue lo que dije,
aunque por dentro maldije,
pues tarde yo deduje,
que de mi corazón eras dije.
Estuve ahí en el proceso,
soportando todo el peso
para darte un último beso,
testificando tu deceso.
Me expresé en palabras,
que aún si no eran vacías,
se sentían lejanas,
como acalambradas.
Ahora estás en descanso,
con la muerte en un abrazo.
De antemano hubo aviso,
aunque no fue tan preciso.
La muerte es más hermosa,
aunque se piense otra cosa.
Mantendré la esperanza
de verte en la otra balsa.
Y cuando llegue ese día
lloraré de alegría,
pues verte bien, vida mía,
era todo lo que quería.
Esto es un pedido,
un adiós definido.
De ti no me olvido,
pero sí me despido.
Tengo dos palabras,
como mi “adiós” serán tomadas,
son “Perdón” y “Gracias”,
espero sean recordadas.
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