Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Aqu铆 ten茅is, en canto y alma, al hombre
aquel que am贸, vivi贸, muri贸 por dentro
y un buen d铆a baj贸 a la calle: entonces
comprendi贸: y rompi贸 todos su versos.
As铆 es, as铆 fue. Sali贸 una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber ad贸nde:
a donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
隆Aqu铆! 隆Llegad! 隆Ay! 脕ngeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aqu铆 ten茅is, en carne y hueso,
mi 煤ltima voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
Blas de Otero
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