Llueve y me escribo.
Poema publicado el 17 de Julio de 2019
Hace 3 días que llueve en esta bendita cuidad, y me preocupo.
3 días llevo encerrada refugiándome del mundo en la persona que logra contenerme, y no sé si está bien, siento que en parte sí, porque para ser honesta; ya llevaba mucho sin dejarme estar…el mundo te exige no parar, nadie te deja tener pena y lo entiendo, incluso para mi es difícil ver a quien quiero hundiéndose en su pena.
Pero a veces, una vez cada 20 años, uno necesita sacar afuera todo lo que lleva acumulando a diario desde el día en que te diste cuenta de que tienes la capacidad de sostener tu entorno y así también llenarte tú de amor.
De amor…
Que cansancio, ni si quiera logro mantener un hilo en esto, ¿a qué punto he llegado? Ya he perdido aquello; esa resiliencia tan bella, la capacidad de hacer dulces de todo el fuego que había, la capacidad de convertir el dolor y la sangre en amor; poder dar luz aun en el rincón más oscuro y desgarrador que pudiese existir. ¿Qué sucede cuando uno va creciendo? ¿Qué es aquello que nos va endureciendo y quitando todo ese poder que llevamos dentro? Llevo meses tratando de convencerme de que es solo un momento, de que va a pasar, volveré a brillar, a tener esa capacidad de renacer desde las cenizas, y seré nuevamente feliz todos los días aunque todo este en llamas…pero no, aquí estoy, herida y si poder salir de este lugar tan desolado y oscuro, que me llena de agua, me hace observar y sentir que ya no hay remedio, que cada vez todo está peor, no solo yo, el mundo. Miro, miro y no entiendo, como la indiferencia del ser humano ha llegado a tal punto, de no ser capaces de salir de sí e ir hacia el otro, demostrarle que no sé, te importa, quizás eso no mejore todo, pero uno sabe que está ahí, sabe que no todo está perdido. Yo soy bendecida, tengo amor, aun en este momento lleno de llagas y brazas, hay gente que camina conmigo, me da la mano, un hombro, una palabra…y veo que quizá no todo fue en vano…
Alguna vez me dijeron que dejara de ser así, que por qué era tan ilusa y daba hasta quedar herida, y hoy lo entiendo; aquella vez yo fui feliz porque logre sacar a alguien de su lugar oscuro, aunque yo quedara completamente ensangrentada, sabía, muy dentro mío estaba segura de que podía salir de ahí yo, de que nada me hacía más feliz que ayudar, y ese solo hecho de ver a alguien mejor me hacía sanar. Y hoy, hoy me toca a mí… tengo a esa persona conmigo, que pese a todo el daño, pese a todas las heridas, pese a que ni yo puedo conmigo misma y el mundo, pese a que no quiero poder, él está. La vida me enseña que absolutamente nada es en vano, que lo que di vuelve, y después debo volver a entregarlo.
Dentro de toda esta oscuridad, hay algo que me hace volver a vivir, algo que me mantiene cuerda, en equilibrio; y es una corta y simple palabra, que tiene el poder más mágico que habita el universo…
GRACIAS.
Gracias a la vida, que devuelve todo, gracias a las personas que recibieron amor y lo comparten, gracias a aquellos que son ángeles, gracias a la música que te recuerda que estás vivo, gracias al que dañó y enseñó, gracias a los sabios, gracias a Dios, gracias a los empáticos, gracias a los amigos fieles, gracias al sol que recarga, gracias a la lluvia que limpia, gracias al arte que revitaliza, gracias a la poesía que enardece, gracias al amor que te busca y no te suelta, gracias a los árboles que energizan, gracias a la literatura que me ordena, gracias a las letras que me hacen comprenderme siempre, gracias a la vida por cada herida y cada vaivén. Gracias.
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Poema publicado el 17 de Julio de 2019
Hace 3 días que llueve en esta bendita cuidad, y me preocupo.
3 días llevo encerrada refugiándome del mundo en la persona que logra contenerme, y no sé si está bien, siento que en parte sí, porque para ser honesta; ya llevaba mucho sin dejarme estar…el mundo te exige no parar, nadie te deja tener pena y lo entiendo, incluso para mi es difícil ver a quien quiero hundiéndose en su pena.
Pero a veces, una vez cada 20 años, uno necesita sacar afuera todo lo que lleva acumulando a diario desde el día en que te diste cuenta de que tienes la capacidad de sostener tu entorno y así también llenarte tú de amor.
De amor…
Que cansancio, ni si quiera logro mantener un hilo en esto, ¿a qué punto he llegado? Ya he perdido aquello; esa resiliencia tan bella, la capacidad de hacer dulces de todo el fuego que había, la capacidad de convertir el dolor y la sangre en amor; poder dar luz aun en el rincón más oscuro y desgarrador que pudiese existir. ¿Qué sucede cuando uno va creciendo? ¿Qué es aquello que nos va endureciendo y quitando todo ese poder que llevamos dentro? Llevo meses tratando de convencerme de que es solo un momento, de que va a pasar, volveré a brillar, a tener esa capacidad de renacer desde las cenizas, y seré nuevamente feliz todos los días aunque todo este en llamas…pero no, aquí estoy, herida y si poder salir de este lugar tan desolado y oscuro, que me llena de agua, me hace observar y sentir que ya no hay remedio, que cada vez todo está peor, no solo yo, el mundo. Miro, miro y no entiendo, como la indiferencia del ser humano ha llegado a tal punto, de no ser capaces de salir de sí e ir hacia el otro, demostrarle que no sé, te importa, quizás eso no mejore todo, pero uno sabe que está ahí, sabe que no todo está perdido. Yo soy bendecida, tengo amor, aun en este momento lleno de llagas y brazas, hay gente que camina conmigo, me da la mano, un hombro, una palabra…y veo que quizá no todo fue en vano…
Alguna vez me dijeron que dejara de ser así, que por qué era tan ilusa y daba hasta quedar herida, y hoy lo entiendo; aquella vez yo fui feliz porque logre sacar a alguien de su lugar oscuro, aunque yo quedara completamente ensangrentada, sabía, muy dentro mío estaba segura de que podía salir de ahí yo, de que nada me hacía más feliz que ayudar, y ese solo hecho de ver a alguien mejor me hacía sanar. Y hoy, hoy me toca a mí… tengo a esa persona conmigo, que pese a todo el daño, pese a todas las heridas, pese a que ni yo puedo conmigo misma y el mundo, pese a que no quiero poder, él está. La vida me enseña que absolutamente nada es en vano, que lo que di vuelve, y después debo volver a entregarlo.
Dentro de toda esta oscuridad, hay algo que me hace volver a vivir, algo que me mantiene cuerda, en equilibrio; y es una corta y simple palabra, que tiene el poder más mágico que habita el universo…
GRACIAS.
Gracias a la vida, que devuelve todo, gracias a las personas que recibieron amor y lo comparten, gracias a aquellos que son ángeles, gracias a la música que te recuerda que estás vivo, gracias al que dañó y enseñó, gracias a los sabios, gracias a Dios, gracias a los empáticos, gracias a los amigos fieles, gracias al sol que recarga, gracias a la lluvia que limpia, gracias al arte que revitaliza, gracias a la poesía que enardece, gracias al amor que te busca y no te suelta, gracias a los árboles que energizan, gracias a la literatura que me ordena, gracias a las letras que me hacen comprenderme siempre, gracias a la vida por cada herida y cada vaivén. Gracias.
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