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Convocatoria - Poemas de Carlos Carvajal



Poemas » carlos carvajal » convocatoria




Categoría: Poemas de Amor
Convocatoria
Poema publicado el 22 de Agosto de 2015

A tu aroma de vegetales voy
como un trueno
contaminado y seco,
dulce mía, lleno de sílabas
a tu convocatoria
de este cuerpo petrificado,
con tu voz alada
de pechos tibios
y camuflado como las algas,
oh, enigmática placenta
de tu amor amniótico
con que me abrazas
y desbordas,
persistente y pudoroso faro.

De tantas voces
tu guitarra llama,
de tanto sur
tu tormenta pide;
como una colecta
me llevo a ti
pedazo a pedazo
mientras compongo el sueño,
a tu llamado endeble,
a tu grito inquieto,
al pequeño ruido
de tus piernas crujiendo
en un bosque alado.

Convócame este rencor
de víctima
que voy asesino
traidor de llantos,
irrecuperable como el océano,
residente como la muerte,
perforando el tiempo
y luminoso genital
de versos
para saber que sólo tú,
dueña de todo
lo que amas,
tendrás abierto el pecho
a este corazón
que se desgrana
perezosamente.

A nombrar cada trozo
de tu piel yo voy,
a bautizar tu ombligo
inquieto
por ejemplo
y a pasar lista
por tu cuerpo
hasta que todo calce
como un desfile
de microorgasmos
y pequeñas delicias
con sustantivo propio.
No quiero ser
de los que sufren
por lo que no saben
cómo se llama,
degustar
lo que no tiene
nombre,
o simplemente
quedarme de pié
junto a aquello
que tienes
pero que no te pido
por ignorancia.
Todo lo que convoca
tiene que ser llamado,
como tus pechos
por este beso incubadora,
como el parir
de tu sonrisa
mientras muerdes,
o como tú ardiente
y fluyendo
volcánica de nubes.

Odiaría tener que llegar
y no saludarte
paso a paso
mientras te desnudas,
para eso está la piel
de multitudes analfabetas
que nada saben
de lo que tienen,
por eso
tu nombre muta
cada centímetro
desde que rueda
desde tu frente
cruz bendita
y es una lista de amores
con te amo
al borde de tu pie
tendido
cuando me llamas;
por eso convocas una
y te encuentro miles,
multiplicada
como las garzas,
a la orilla
de los átomos
de cada cual
sé su nombre
bautizado
por la intimidad
del celo
y cada uno te queda
y con cada uno
te llevo.

¿Qué fuera de ti
si tantas veces
todas las veces
durmieras arropada
de un solo nombre
y yo me quedara así
contemplándote
sin saber cómo llamarte?
¿Qué fuera de mí
si no te inventara
serte infiel
con cada rincón
que se llama
como no te digo
para no matarte de celos
ni morirme sediento
a tu convocatoria
de cien mil voces
y una piel…?


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