Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
脡sta es una mujer de rotunda cadera
que permite en el vino mojar su cabellera.
Las garras del amor , las mismas del granito.
Se r铆e de la muerte y la depravaci贸n,
y, a pesar de su fuerte poder de destrucci贸n,
las dos han respetado hasta ahora, en verdad,
de su cuerpo alto y firme la altiva majestad.
Anda como una diosa y tiende sultana,
siente por el placer fe mahometana.
Y cuando abre los brazos, sus pechos soberanos
demanda la mirada de todos los humanos.
Ella sabe, ella sabe, 隆oh doncella infecunda!,
necesaria, no obstante a la caterva inmunda,
que la beldad del cuerpo es un sublime don
que de cualquier infamia asegura el perd贸n.
Ella ignora el infierno y purgatorio ignora,
y mirar谩 por eso, cuando le llegue la hora,
la cara de la muerte en un tan duro momento,
como un ni帽o: sin odio sin remordimiento.
Versi贸n de Mar铆a Fasce
¿ Te gustó este poema? Compártelo: