Aquellos que no caben en el vientre de la historia
Poema publicado el 10 de Octubre de 2010
hacia los perdedores de la tierra miro
los que conocieron sólo la parte oscura
de las mareas preñadas
y que besaron en la oscuridad, de un golpe,
como animales de rapiña
y en los amaneceres fueron perseguidos
y cazados
hacia los perdedores de la tierra miro
los que nunca tuvieron una flor
en su pecho
ni un lecho donde el amanecer cobijara
sus lamentos
ni recogieron la semilla de sus voces
ni escribieron cantos a su amada
hacia los perdedores de la tierra miro
los que no admiraron el poder de la luna
ni sus ríos que se descuelgan
en el pecho del mar
ni se tendieron en el pasto
de las alegrías desbordadas
ni imaginaron la rutilante belleza
del camino de las hormigas
hacia los perdedores de la tierra miro
los que no jugaron a ser niños
ni visitaron el centro del universo
de sus sueños escarchados
ni viajaron como pastores
de sus propios hijos
y no entendieron el lenguaje
de la lluvia en otoño
hacia los perdedores de la tierra miro
los que no amaron el invierno
ni la lengua amarga de las tormentas
y no leyeron un poema emborrachados
de sueño y de tristeza
los que convirtieron el hambre
en polvo de huesos y manadas de sangre
los que no caben en el vientre
de la historia
y para quienes la injusticia y la pobreza
fue su pan de cada día
de allí la sílaba que mira en sus tres ojos
de allí el acento que los mancha en la tinta
de esta página
de allí los huesos de este canto embriagado
por el aroma de los eucaliptos y el susurro de los náufragos.
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Poema publicado el 10 de Octubre de 2010
hacia los perdedores de la tierra miro
los que conocieron sólo la parte oscura
de las mareas preñadas
y que besaron en la oscuridad, de un golpe,
como animales de rapiña
y en los amaneceres fueron perseguidos
y cazados
hacia los perdedores de la tierra miro
los que nunca tuvieron una flor
en su pecho
ni un lecho donde el amanecer cobijara
sus lamentos
ni recogieron la semilla de sus voces
ni escribieron cantos a su amada
hacia los perdedores de la tierra miro
los que no admiraron el poder de la luna
ni sus ríos que se descuelgan
en el pecho del mar
ni se tendieron en el pasto
de las alegrías desbordadas
ni imaginaron la rutilante belleza
del camino de las hormigas
hacia los perdedores de la tierra miro
los que no jugaron a ser niños
ni visitaron el centro del universo
de sus sueños escarchados
ni viajaron como pastores
de sus propios hijos
y no entendieron el lenguaje
de la lluvia en otoño
hacia los perdedores de la tierra miro
los que no amaron el invierno
ni la lengua amarga de las tormentas
y no leyeron un poema emborrachados
de sueño y de tristeza
los que convirtieron el hambre
en polvo de huesos y manadas de sangre
los que no caben en el vientre
de la historia
y para quienes la injusticia y la pobreza
fue su pan de cada día
de allí la sílaba que mira en sus tres ojos
de allí el acento que los mancha en la tinta
de esta página
de allí los huesos de este canto embriagado
por el aroma de los eucaliptos y el susurro de los náufragos.
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