La guitarra y el mar
Poema publicado el 02 de Octubre de 2009
La guitarra y el mar
El mar me va empujando con
Sus fuertes brazos de cristal. En
La orilla de mi playa ha dejado,
Junto a las conchas y caracolas,
Cientos de recuerdos y vivencias que
Se acomodan en cada rincón mío.
Parece que pudiera olerte en
Este momento, con tu aroma de
Pino o de palmera que se queda
Lejos del mar, escuchándolo pero
Sin poder verlo, añorándolo como
Al abrazo cálido de mi madre.
Así estamos tú y yo, a lo lejos,
Escuchándonos, sin poder tocarnos.
Mi único consuelo es esta brisa,
Que se cuela hacia todos mis
Rincones, habitados siempre por ti.
Te recuerdo en las olas que estallan
En espuma de mar, liberando su
Olor a sal y vida, así olías tú,
Cuando entre nosotros sólo había
Una luna muda, midiendo nuestras
Ansias, hechas besos y caricias.
Ah qué será de tus manos, cuya
Tinta escribió esta historia de
Guitarra y mar. Ay, mujer, ya no
Puedo ver tus senos, pero aún los
Siento descansando en mi pecho,
Como peregrinos en el camino que
Se sientan a beber un poco de agua.
Desesperado sin la música de tu
Respiración, arpegio las cuerdas
De una guitarra morena clara,
Voy apurando el rasgueo y sin
Aviso, aletargo su sonido,
Estoy buscando el ritmo del
Amor, aquel al que tu agitada
Respiración, daba hermosa
Melodía, canto y oración.
Ah nada es igual. Tu canto
Se ha quedado en esas noches
En que creabas vida en la
Penumbra, sólo con tu presencia.
Déjame que toque esta guitarra
Mientras el mar furioso me
Reprocha tu sentida ausencia.
Poema publicado el 02 de Octubre de 2009
La guitarra y el mar
El mar me va empujando con
Sus fuertes brazos de cristal. En
La orilla de mi playa ha dejado,
Junto a las conchas y caracolas,
Cientos de recuerdos y vivencias que
Se acomodan en cada rincón mío.
Parece que pudiera olerte en
Este momento, con tu aroma de
Pino o de palmera que se queda
Lejos del mar, escuchándolo pero
Sin poder verlo, añorándolo como
Al abrazo cálido de mi madre.
Así estamos tú y yo, a lo lejos,
Escuchándonos, sin poder tocarnos.
Mi único consuelo es esta brisa,
Que se cuela hacia todos mis
Rincones, habitados siempre por ti.
Te recuerdo en las olas que estallan
En espuma de mar, liberando su
Olor a sal y vida, así olías tú,
Cuando entre nosotros sólo había
Una luna muda, midiendo nuestras
Ansias, hechas besos y caricias.
Ah qué será de tus manos, cuya
Tinta escribió esta historia de
Guitarra y mar. Ay, mujer, ya no
Puedo ver tus senos, pero aún los
Siento descansando en mi pecho,
Como peregrinos en el camino que
Se sientan a beber un poco de agua.
Desesperado sin la música de tu
Respiración, arpegio las cuerdas
De una guitarra morena clara,
Voy apurando el rasgueo y sin
Aviso, aletargo su sonido,
Estoy buscando el ritmo del
Amor, aquel al que tu agitada
Respiración, daba hermosa
Melodía, canto y oración.
Ah nada es igual. Tu canto
Se ha quedado en esas noches
En que creabas vida en la
Penumbra, sólo con tu presencia.
Déjame que toque esta guitarra
Mientras el mar furioso me
Reprocha tu sentida ausencia.
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