Una flor al costado del río
Poema publicado el 19 de Septiembre de 2009
La noche me hizo caminar
Como el agua del río que fluye sin apuro
Camino por la quietud de la noche...
El agua corre como el tiempo fluye,
Aunque a veces el tiempo no exista
O poco importe
Y a veces el agua no fluya
O fluya sin que se note.
Las luces se divierten en el agua
Mientras el libre viento recorre
Un paseo de árboles antiguos
Las aves duermen, es cierto,
Aunque su canto aún se escuche
En el recuerdo.
El silencio es dulce,
No como el de enamorados sin palabras.
Las estrellas ausentes
Tras las nubes de los sueños.
La luna radiante, despierta,
Observando en silencio como un sabio...
El mundo de aquellos los que duermen
Se ve tan grande, tan vacío...
Que se ve clara la mano del hombre
Aunque humilde a la orilla del río.
Todo fluye y se parece a la vida,
A la sonrisa de un recién nacido
Llena de equilibrio e inocencia.
Casi puedo sentir la esencia de la vida
En el silencio de la noche
Quizás por su ausencia
O quizás porque fluye en el aire dormido.
El viento. El agua. El tiempo. El olvido.
Sin embargo yo sigo aquí, inmóvil
Sonriente de estar en la vida
Despierto y en calma, en la noche
Comprendo mi fuente y destino.
Soy luz que se pierde en el agua
El canto del ave que duerme
Una flor al costado del río.
Poema publicado el 19 de Septiembre de 2009
La noche me hizo caminar
Como el agua del río que fluye sin apuro
Camino por la quietud de la noche...
El agua corre como el tiempo fluye,
Aunque a veces el tiempo no exista
O poco importe
Y a veces el agua no fluya
O fluya sin que se note.
Las luces se divierten en el agua
Mientras el libre viento recorre
Un paseo de árboles antiguos
Las aves duermen, es cierto,
Aunque su canto aún se escuche
En el recuerdo.
El silencio es dulce,
No como el de enamorados sin palabras.
Las estrellas ausentes
Tras las nubes de los sueños.
La luna radiante, despierta,
Observando en silencio como un sabio...
El mundo de aquellos los que duermen
Se ve tan grande, tan vacío...
Que se ve clara la mano del hombre
Aunque humilde a la orilla del río.
Todo fluye y se parece a la vida,
A la sonrisa de un recién nacido
Llena de equilibrio e inocencia.
Casi puedo sentir la esencia de la vida
En el silencio de la noche
Quizás por su ausencia
O quizás porque fluye en el aire dormido.
El viento. El agua. El tiempo. El olvido.
Sin embargo yo sigo aquí, inmóvil
Sonriente de estar en la vida
Despierto y en calma, en la noche
Comprendo mi fuente y destino.
Soy luz que se pierde en el agua
El canto del ave que duerme
Una flor al costado del río.
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