Ajena (david goya) palestina
Poema publicado el 27 de Julio de 2010
Te estoy amando, mujer ajena,
sin que entienda mi corazón necio,
que al robar la alegría dejo un alma en pena;
y es grande y duro el precio,
que a pagarlo me condena.
Me siento en una condena
por robar tu corazón,
que estando alegre, siento pena,
de amarte con pasión,
y sentirte mía siendo ajena.
Voy por un sentimiento condenado,
y al saber que no eres mía,
que yo solo me he robado
de tu alma la alegría,
me siento como paraje desolado.
Pero tu eres la culpable
con tu sonrisa de amapola,
que siendo tan bella y deseable
me arrastro como una ola,
hasta el fondo de un sentimiento inefable….
¡Permite que me asombre!.....
sin nisiquiera cuenta darme,
en mi pensamiento llevo tu nombre;
y tu, has empezado a amarme
siendo yo el mas desdichado hombre.
Ahora la desdicha a comenzando
para aquel que es tú marido,
por nunca haber logrado
satisfacerte en lo que has querido,
mientras en mi la tristeza ha terminado.
Solo te pido con deprecación,
que no me olvides nunca;
sería mi más cruel decepción,
la que dejes mi vida trunca,
por la más triste desilusión.
Te amo, avecilla de otro nido
porque desvaneces mi frío con tu fuego,
y por ti he sido lo que he sido.
Tan solo te pido que esto no sea juego
ni trampa en la que haya caído.
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Poema publicado el 27 de Julio de 2010
Te estoy amando, mujer ajena,
sin que entienda mi corazón necio,
que al robar la alegría dejo un alma en pena;
y es grande y duro el precio,
que a pagarlo me condena.
Me siento en una condena
por robar tu corazón,
que estando alegre, siento pena,
de amarte con pasión,
y sentirte mía siendo ajena.
Voy por un sentimiento condenado,
y al saber que no eres mía,
que yo solo me he robado
de tu alma la alegría,
me siento como paraje desolado.
Pero tu eres la culpable
con tu sonrisa de amapola,
que siendo tan bella y deseable
me arrastro como una ola,
hasta el fondo de un sentimiento inefable….
¡Permite que me asombre!.....
sin nisiquiera cuenta darme,
en mi pensamiento llevo tu nombre;
y tu, has empezado a amarme
siendo yo el mas desdichado hombre.
Ahora la desdicha a comenzando
para aquel que es tú marido,
por nunca haber logrado
satisfacerte en lo que has querido,
mientras en mi la tristeza ha terminado.
Solo te pido con deprecación,
que no me olvides nunca;
sería mi más cruel decepción,
la que dejes mi vida trunca,
por la más triste desilusión.
Te amo, avecilla de otro nido
porque desvaneces mi frío con tu fuego,
y por ti he sido lo que he sido.
Tan solo te pido que esto no sea juego
ni trampa en la que haya caído.
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