Desvario (david goya) palestina
Poema publicado el 12 de Abril de 2010
Tengo todo mi cuerpo mal herido,
y mi triste alma lacerada
mi corazón ya agoniza adolorido,
de latir para una vida fatigada…
Quisiera desvanecer este anhelo apetecido,
y luego entonces, no pensar en nada…
Sueño por las noches, extrañas odisea,
y luego en la mañana a mi pensamiento escruto,
no obtengo lo que el alma desea,
solo una cosecha de amargo fruto,
que trato de esconder, porque nadie vea…
-tras el sufrimiento, ¡un cuerpo enjuto!
“En éxtasis,” ven mis ojos una reina ondina,
de rostro celestial, y pecho túrgido,
luego mi ser hacia ella se encamina,
sin saber que se dirige a la región del olvido;
y es el terrible fracaso que me desanima,
ha luchar, por ese anhelo que nunca he tenido.
Algunas veces; lleno de alegría mi rostro parecía…,
ante la tarde llena en crepúsculo de rosa,
que a la copa de los árboles teñía,
diluida en fresca tarde luminosa,
cuando de improviso una mano unía,
a mi mano distraída y temblorosa.
Pero pronto mi alegría, se volvió límpidos cristales;
del cual solo el silencio es testigo,
quedaba sumergido, en lejanías mis ideales…
y todos los deseos, que tras las nubes yo persigo…
nunca tuve bienes, solo males,
y de compañera, la soledad esta conmigo.
Aquí descifró mi esperanza remota,
restregándome los ojos, de la lumbre incierta,
y no lo hago canto por faltar las notas,
esas notas…, de las aves cuando despierta,
a la triste realidad de mi derrota,
que ya tiene mi alma desierta.
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Poema publicado el 12 de Abril de 2010
Tengo todo mi cuerpo mal herido,
y mi triste alma lacerada
mi corazón ya agoniza adolorido,
de latir para una vida fatigada…
Quisiera desvanecer este anhelo apetecido,
y luego entonces, no pensar en nada…
Sueño por las noches, extrañas odisea,
y luego en la mañana a mi pensamiento escruto,
no obtengo lo que el alma desea,
solo una cosecha de amargo fruto,
que trato de esconder, porque nadie vea…
-tras el sufrimiento, ¡un cuerpo enjuto!
“En éxtasis,” ven mis ojos una reina ondina,
de rostro celestial, y pecho túrgido,
luego mi ser hacia ella se encamina,
sin saber que se dirige a la región del olvido;
y es el terrible fracaso que me desanima,
ha luchar, por ese anhelo que nunca he tenido.
Algunas veces; lleno de alegría mi rostro parecía…,
ante la tarde llena en crepúsculo de rosa,
que a la copa de los árboles teñía,
diluida en fresca tarde luminosa,
cuando de improviso una mano unía,
a mi mano distraída y temblorosa.
Pero pronto mi alegría, se volvió límpidos cristales;
del cual solo el silencio es testigo,
quedaba sumergido, en lejanías mis ideales…
y todos los deseos, que tras las nubes yo persigo…
nunca tuve bienes, solo males,
y de compañera, la soledad esta conmigo.
Aquí descifró mi esperanza remota,
restregándome los ojos, de la lumbre incierta,
y no lo hago canto por faltar las notas,
esas notas…, de las aves cuando despierta,
a la triste realidad de mi derrota,
que ya tiene mi alma desierta.
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