Fe
Poema publicado el 09 de Mayo de 2010
Hay momentos en que te basta con saber que el sol de la mañana irradiará luz sobre tu cuerpo te dará calor y te enternecerá con un amanecer
Hay momentos en que la noche te parece maravillosa, que la luna es esplendorosa y que cada una de las estrellas son luceros colgados en el cielo para adornar tu noche
Hay momentos en que el canto de un jilguero endulza con su armonía ese instante pasajero que tu lo logras escuchar.
Hay momentos que la mirada inocente de un niño, te trasporta a tus días de infancia y te dan la ternura que necesitas para continuar tu día.
Hay momentos que la candidez y sencillez de un anciano, su paso lento pero firme, y su orgullo y valentía te hacen continuar bregando.
Hay momentos en los cuales ni tus días, ni tus noches, ni el sol ni la luna y las estrellas te parecen bellas
Hay momentos que ni la mirada de un niño ni la candidez de un anciano te dan fuerzas para seguir luchando.
Hay momentos en que las plegarias y los lamentos parecen que se los lleva el viento y luego te los regresa haciendo más grande el sufrimiento.
Pero hay otros momentos que te arrodillas y te humillas pides clemencia y compasión, pides que la silueta negra y malvada del sufrimiento se aleje…, se valla.
Hay momentos que oras a tu Señor y le pides fortaleza y discernimiento y pides que tus ruegos se los lleve el viento y moren en las Santas manos del Señor de la creación.
Hay momentos que tú sientes tanta paz y tranquilidad en tu corazón que elevas tu mirada al cielo y con un gracias Oh mi SEÑOR, se aleja de ti el temor la desolación, la incertidumbre y la desesperanza
Ese momento glorioso, yo le llamo FE
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Poema publicado el 09 de Mayo de 2010
Hay momentos en que te basta con saber que el sol de la mañana irradiará luz sobre tu cuerpo te dará calor y te enternecerá con un amanecer
Hay momentos en que la noche te parece maravillosa, que la luna es esplendorosa y que cada una de las estrellas son luceros colgados en el cielo para adornar tu noche
Hay momentos en que el canto de un jilguero endulza con su armonía ese instante pasajero que tu lo logras escuchar.
Hay momentos que la mirada inocente de un niño, te trasporta a tus días de infancia y te dan la ternura que necesitas para continuar tu día.
Hay momentos que la candidez y sencillez de un anciano, su paso lento pero firme, y su orgullo y valentía te hacen continuar bregando.
Hay momentos en los cuales ni tus días, ni tus noches, ni el sol ni la luna y las estrellas te parecen bellas
Hay momentos que ni la mirada de un niño ni la candidez de un anciano te dan fuerzas para seguir luchando.
Hay momentos en que las plegarias y los lamentos parecen que se los lleva el viento y luego te los regresa haciendo más grande el sufrimiento.
Pero hay otros momentos que te arrodillas y te humillas pides clemencia y compasión, pides que la silueta negra y malvada del sufrimiento se aleje…, se valla.
Hay momentos que oras a tu Señor y le pides fortaleza y discernimiento y pides que tus ruegos se los lleve el viento y moren en las Santas manos del Señor de la creación.
Hay momentos que tú sientes tanta paz y tranquilidad en tu corazón que elevas tu mirada al cielo y con un gracias Oh mi SEÑOR, se aleja de ti el temor la desolación, la incertidumbre y la desesperanza
Ese momento glorioso, yo le llamo FE
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