Canto en voz baja
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
"Triunfará del olvido tu hermosura"
Francisco de Quevedo
Éste es un canto para ti
Entero como el aire que pasa y acaricia las flores del durazno
Feliz como una noche total
Dulce como los niños que se enamoran de su maestra
y no saben decir dónde les duele y lloran
Éste es el canto de tu cabello largo como la tarde
Arroyo donde el sol se sumerge
Agua donde mis dedos arden como peces
Red que sale del mar cargada de colores
Arena fina entre mis manos
Éste es el canto de tu mirada que hace danzar los árboles
Que hace hermosos a los perros y al aire triste de la ciudad
y a la ciudad y sus muertes innumerables
Canto a tu mirada Refugio de la luz
casa del dÃa como quien canta las pozas bajo la espesura
de los bosques
Canto la frescura y el brillo
la calma y la tentación del hundimiento
Este es un rÃo que de golpe avanza
y se transforma en viento sobre los pastizales
y se hace luz sobre el espacio azul.
Canto tus labios que tienen el grosor de la dicha
y se encienden como mÃnimos astros
en el instante en que los rosa levÃsima el ala del deseo
Canto tu lengua frutal
que deja reposar su tacto sobre los labios rojos
que se posa en los dientes y los envuelve y acaricia y enloquece
y los hace morder
raÃz oscura
la pulpa del deseo
Canto tu talle besado por el dÃa
Luminoso tobogán que va de la razón hasta el delirio
Canto tu grupa tensa de potranca
Viva como el trino de todos los pájaros del mundo
Tus ancas plenas como sandÃas
jugosas y mordibles como manzanas madurÃsimas bajo
el ocio del sol
Nido de mis manos hechas palomas tibias
Libro en que se lee la historia verdadera del hombre
De los hombres
Tus nalgas pesan en mis muslos con la densidad de la tibieza
Se mueven con un sentido exacto de rotación
Duermen junto a mà por el tiempo necesario
Y no se sacian nunca
Y no me sacian nunca
Canto tus rodillas vivas relucientes
Tus muslos tersos y fragantes como el interior de un mango
Tus pies tibios y dulces suaves y delicados
amorosos y tiernos como la mirada del huérfano
Canto tus pechos que se levantan de la blancura total
Tus pechos y su redondez total
Tus pechos y su aureola perfectÃsima
impresionable como la planta sensitiva al soplo al toque
mÃnimo
Canto tus pezones
Canto el color de tus pezones
Canto el color de tabaco en tus pezones
Éste es en fin el rÃo que gota a gota te construyo
He querido cantar sobre el papel como sobre tu cuerpo
He quedado rendido
Lacio y fatigado como los dÃas después del temporal
Déjame descansar junto a tu cuerpo
Sobre tu vientre
Arrópame.
"Música solar" 1984
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
"Triunfará del olvido tu hermosura"
Francisco de Quevedo
Éste es un canto para ti
Entero como el aire que pasa y acaricia las flores del durazno
Feliz como una noche total
Dulce como los niños que se enamoran de su maestra
y no saben decir dónde les duele y lloran
Éste es el canto de tu cabello largo como la tarde
Arroyo donde el sol se sumerge
Agua donde mis dedos arden como peces
Red que sale del mar cargada de colores
Arena fina entre mis manos
Éste es el canto de tu mirada que hace danzar los árboles
Que hace hermosos a los perros y al aire triste de la ciudad
y a la ciudad y sus muertes innumerables
Canto a tu mirada Refugio de la luz
casa del dÃa como quien canta las pozas bajo la espesura
de los bosques
Canto la frescura y el brillo
la calma y la tentación del hundimiento
Este es un rÃo que de golpe avanza
y se transforma en viento sobre los pastizales
y se hace luz sobre el espacio azul.
Canto tus labios que tienen el grosor de la dicha
y se encienden como mÃnimos astros
en el instante en que los rosa levÃsima el ala del deseo
Canto tu lengua frutal
que deja reposar su tacto sobre los labios rojos
que se posa en los dientes y los envuelve y acaricia y enloquece
y los hace morder
raÃz oscura
la pulpa del deseo
Canto tu talle besado por el dÃa
Luminoso tobogán que va de la razón hasta el delirio
Canto tu grupa tensa de potranca
Viva como el trino de todos los pájaros del mundo
Tus ancas plenas como sandÃas
jugosas y mordibles como manzanas madurÃsimas bajo
el ocio del sol
Nido de mis manos hechas palomas tibias
Libro en que se lee la historia verdadera del hombre
De los hombres
Tus nalgas pesan en mis muslos con la densidad de la tibieza
Se mueven con un sentido exacto de rotación
Duermen junto a mà por el tiempo necesario
Y no se sacian nunca
Y no me sacian nunca
Canto tus rodillas vivas relucientes
Tus muslos tersos y fragantes como el interior de un mango
Tus pies tibios y dulces suaves y delicados
amorosos y tiernos como la mirada del huérfano
Canto tus pechos que se levantan de la blancura total
Tus pechos y su redondez total
Tus pechos y su aureola perfectÃsima
impresionable como la planta sensitiva al soplo al toque
mÃnimo
Canto tus pezones
Canto el color de tus pezones
Canto el color de tabaco en tus pezones
Éste es en fin el rÃo que gota a gota te construyo
He querido cantar sobre el papel como sobre tu cuerpo
He quedado rendido
Lacio y fatigado como los dÃas después del temporal
Déjame descansar junto a tu cuerpo
Sobre tu vientre
Arrópame.
"Música solar" 1984
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