Sonrisa triste
Poema publicado el 23 de Enero de 2025
Sonrisa triste
Su sonrisa está triste y solamente es un niño.
¿No merece este ángel sentir el cariño
de una madre, de un padre, de la cruel sociedad?
¿Qué sucede con todos? ¡Observen esa mirada!
Está huérfana, afligida, llorosa y desamparada.
¿Por qué a esta pobre criatura la atrapó la soledad?
Nació en un barrio humilde y perdió las ilusiones.
Nunca tuvo un Día del Niño, Reyes Magos o canciones,
que alegraran a su infancia, que mimaran su crecer.
Los juguetes lo esquivaron porque no había dinero.
Jamás fue de vacaciones, sea julio o sea enero.
Sus pies, siempre descalzos, lloran al anochecer.
¿Qué culpa tiene el pequeño de venir de la pobreza?
Si deambula, allí en las calles, por esos que por riqueza,
le han robado su esperanza, su niñez, su diversión.
¿Qué culpa tiene este niño de poseer un rostro cansado,
de tener las manos partidas por el frío soportado;
de caer en el delito, de vivir sin expresión?
¿Cómo puede ser que llore porque no tiene un abrigo,
porque se muere de hambre o carece de un amigo?
Si sólo es un ángel cautivo de un mundo sin caridad.
¿Qué le pasa al ser humano? ¿Está sordo? ¿Está ciego?
¿No mira ni escucha las voces que causan desasosiego?
Recuerden que ese niño merece la libertad.
El Pola
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Poema publicado el 23 de Enero de 2025
Sonrisa triste
Su sonrisa está triste y solamente es un niño.
¿No merece este ángel sentir el cariño
de una madre, de un padre, de la cruel sociedad?
¿Qué sucede con todos? ¡Observen esa mirada!
Está huérfana, afligida, llorosa y desamparada.
¿Por qué a esta pobre criatura la atrapó la soledad?
Nació en un barrio humilde y perdió las ilusiones.
Nunca tuvo un Día del Niño, Reyes Magos o canciones,
que alegraran a su infancia, que mimaran su crecer.
Los juguetes lo esquivaron porque no había dinero.
Jamás fue de vacaciones, sea julio o sea enero.
Sus pies, siempre descalzos, lloran al anochecer.
¿Qué culpa tiene el pequeño de venir de la pobreza?
Si deambula, allí en las calles, por esos que por riqueza,
le han robado su esperanza, su niñez, su diversión.
¿Qué culpa tiene este niño de poseer un rostro cansado,
de tener las manos partidas por el frío soportado;
de caer en el delito, de vivir sin expresión?
¿Cómo puede ser que llore porque no tiene un abrigo,
porque se muere de hambre o carece de un amigo?
Si sólo es un ángel cautivo de un mundo sin caridad.
¿Qué le pasa al ser humano? ¿Está sordo? ¿Está ciego?
¿No mira ni escucha las voces que causan desasosiego?
Recuerden que ese niño merece la libertad.
El Pola
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