El doctor y su dolor.-
Poema publicado el 02 de Septiembre de 2012
Como un letrado que les debe el titulo a sus pacientes
Avanzó por el callejón
¿Qué más le daba morir?
Tal vez su herida abierta cerraría al fin
Todos somos hijos de dios sin embargo pocos ven toda su gracia
Curaba del dolor ajeno pero no sabía consolar su tristeza
La llevaba consigo como una mortaja
Un velo que cubría su vida de noches de insomnio y desesperación
Sonreía por fuera mientras su interior lloraba
Se sentía irracional, a veces sin corazón
Como una vacía imagen de un televisor
Escuchaba los parloteos incesantes de sus pacientes
Asentía con la cabeza por simple obligación de falsa cortesía
Estaba herido pero su torpeza no le permitía asumirlo
Por las noches paseaba por las calles desiertas beodo de insatisfacción
tratando de aplastar todo con la potencia del silencio
Las amarguras del amor lo habían perdido por completo
Su inteligencia no alcanzaba para remediar semejante martirio
Antes el mundo era su casa
ahora su hogar le resultaba un universo temeroso a explorar
Un manto de estrellas le devolvió el alma
y como un árbol que descubre sus raíces miro sus pies sin rumbo
Pensando en voz alta otorgó racionalidad a sus palabras:
No es de sabio persistir en matar de soledad al corazón
Al fin de cuentas, el hombre siempre
necesita del amor de una mujer.-
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Poema publicado el 02 de Septiembre de 2012
Como un letrado que les debe el titulo a sus pacientes
Avanzó por el callejón
¿Qué más le daba morir?
Tal vez su herida abierta cerraría al fin
Todos somos hijos de dios sin embargo pocos ven toda su gracia
Curaba del dolor ajeno pero no sabía consolar su tristeza
La llevaba consigo como una mortaja
Un velo que cubría su vida de noches de insomnio y desesperación
Sonreía por fuera mientras su interior lloraba
Se sentía irracional, a veces sin corazón
Como una vacía imagen de un televisor
Escuchaba los parloteos incesantes de sus pacientes
Asentía con la cabeza por simple obligación de falsa cortesía
Estaba herido pero su torpeza no le permitía asumirlo
Por las noches paseaba por las calles desiertas beodo de insatisfacción
tratando de aplastar todo con la potencia del silencio
Las amarguras del amor lo habían perdido por completo
Su inteligencia no alcanzaba para remediar semejante martirio
Antes el mundo era su casa
ahora su hogar le resultaba un universo temeroso a explorar
Un manto de estrellas le devolvió el alma
y como un árbol que descubre sus raíces miro sus pies sin rumbo
Pensando en voz alta otorgó racionalidad a sus palabras:
No es de sabio persistir en matar de soledad al corazón
Al fin de cuentas, el hombre siempre
necesita del amor de una mujer.-
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