Galante amor
Poema publicado el 14 de Febrero de 2012
Quizá la fragancia de la noche
O las perfumadas notas nacaradas
O el temblar del pobre frío estremecido,
¿Quién tejió nuestros labios vírgenes
Bajo el fulguroso sicómoro?
Huracán, hoguera, oleaje
Tres símbolos habitantes
En mí empapado estómago.
Luz ardiente que me quemas
Luz de crímenes de la demora,
Y mi ronco palpitar son versos
Largos y profundos.
Rosa embarazada de pigmentos
Hojas vestidas de linaje verde
Y el cisne, quien navega
Por la coyuntura de tus ansiosos labios.
Beso a la enamorada hasta la muerte
La beso bajo la brisa de la luna
Y ambos, somos dueños
De las mudas sombras
Quienes se acarician.
Besarte es plegaria divina
Tocarte es mirar al sol sin quemarme
Sentirte cerca, es olvidar mi voz mortecina
En ese crudo andar
De cruel martirio sobre el desierto.
¿Y qué dice mi boca empañada?
Si el viento arrastra mis deseos
De alargar nuestros espejos.
Tan cerca tus ojos negros
Donde el tímido humo del farol
No se confunde con el vaho de tu boca.
¡Besos y más besos!
¡Galantes besos, envidia de los siglos!
¡Besos que saben a besos!
Esos que el cielo guarda
Y se coronan en la tierra.
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Poema publicado el 14 de Febrero de 2012
Quizá la fragancia de la noche
O las perfumadas notas nacaradas
O el temblar del pobre frío estremecido,
¿Quién tejió nuestros labios vírgenes
Bajo el fulguroso sicómoro?
Huracán, hoguera, oleaje
Tres símbolos habitantes
En mí empapado estómago.
Luz ardiente que me quemas
Luz de crímenes de la demora,
Y mi ronco palpitar son versos
Largos y profundos.
Rosa embarazada de pigmentos
Hojas vestidas de linaje verde
Y el cisne, quien navega
Por la coyuntura de tus ansiosos labios.
Beso a la enamorada hasta la muerte
La beso bajo la brisa de la luna
Y ambos, somos dueños
De las mudas sombras
Quienes se acarician.
Besarte es plegaria divina
Tocarte es mirar al sol sin quemarme
Sentirte cerca, es olvidar mi voz mortecina
En ese crudo andar
De cruel martirio sobre el desierto.
¿Y qué dice mi boca empañada?
Si el viento arrastra mis deseos
De alargar nuestros espejos.
Tan cerca tus ojos negros
Donde el tímido humo del farol
No se confunde con el vaho de tu boca.
¡Besos y más besos!
¡Galantes besos, envidia de los siglos!
¡Besos que saben a besos!
Esos que el cielo guarda
Y se coronan en la tierra.
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