4 votos
1 visitas/día
5615 dias online

L peregrino - Poemas de Eugenio de Castro



Poemas » eugenio de castro » l peregrino




L peregrino
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008

En el poniente
el esplendor del sol se diluía.
Y un caballero, en un vetusto puente,
meditaba y decía:
              
-«Judith, Ana y Arminda,
y Lidia, de labios sensuales,
Inés, la rubia linda,
¡todas fueron iguales!»
              
¡Soñadas alegrías,
ya sois cual secas rosas!
¡Ay! Y en vano mis días, tristes días,
quisieran ser doradas mariposas.
              
Cansáronme los besos, y el hastío
a mi lado ya veo.
Del desencanto invade mi corazón el frío,
y no he saciado nunca la sed de mi deseo.
              
El alma traigo envuelta en una túnica
que ha tejido el Cansancio en horas tristes.
¿En dónde estás, si existes?               
¿En dónde estás, oh Única?

¡Responde al que te ama!
¿Debo olvidarte como a bien perdido ?
Responde al que en las sombras a ti clama:
¿vives, moriste acaso, o no has nacido?
              
Y no cruza ninguna mi camino,
princesa rubia, o bella
zagala, sin que diga a mi destino:               
¿será ella?

Una niña vi un día
junto a una anciana de cabello cano,
y me dije: ¿ cuál de ellas es la mía?
¿Llegué tarde tal vez?.. ¿Llegué temprano?
              
Busco el jardín soñado
do sus encantos a la luz se abrieron,
y la llamo... y tal vez pasó a mi lado,
¡y llorosos mis ojos no la vieron!
              
Cuando creo que nunca he de encontrarte,
¡cómo sufro al pensar, oh dulce amada,
que quizás vives sola y desgraciada,
y que no puedo ir a consolarte!
              
Murió la primavera; también pasó el estío,
Y viene ya el otoño las hojas arrancando,
y mientras en tu busca voy llorando,
me esperarás llorando, dueño mío.
              
Y prosigo buscándote rendido,
aunque una voz, en medio de las sombras,
irónica me diga: «¡La que nombras
              ni vendrá... ni está muerta... ni ha nacido!»

Al extremo del puente, airosa dama
surge, suelta la rubia cabellera,
y su voz en el viento, pálida rosa, clama:
«Yo soy la que aguardabas. Ven, que mi amor te espera».
              
El caballero parte...
      Traicionero
abismo era ese puente;
y al instante rodaron al torrente               
caballo y caballero...

Hervía un mar de sangre en el poniente
mientras de sangre el agua se teñía;
y allá, al extremo del hundido puente,
la Dama reía... reía... reía.
              
Versión de Ismael Enrique Arciniegas



              




¿Pudiera decirnos en que categoría ubicaría este poema?

Amor
Amistad
Familia
Poemas de Cumpleaños
Poemas de San Valentín o
      Día de los Enamorados
Poemas del Día de la Mujer
Poemas del Día de las Madres
Poemas del Día de los Padres
Poemas de Navidad
Poemas de Halloween
Infantiles
Perdón
Religiosos
Tristeza y Dolor
Desamor
Otra Categoría
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.




 Compartir
Redes sociales
Facebook Twitter Google Bookmark MySpace Fresqui Meneame