Pega
Poema publicado el 24 de Enero de 2020
Nunca sé cómo empezar, así es que lo haré de este modo, de la manera más sencilla, contándoles que no sé cómo comenzar. Aunque realmente no es eso sobre lo que quiero escribir, sino más bien sobre mí, y mi experiencia trabajando.
No les voy a negar que el fruto del trabajo es llamativo: manejar dinero, tener tus cosas, ser un poco más independiente, etc. Pero el hacerlo implica prestar mucha atención; nuestro tiempo se reparte en ocho horas, ocho horas que se nos van como si nos sobraran.
Puede ser que esté sonando drástico, y negativo, pero mi experiencia me ha enseñado eso, puesto que cada semana invierto cerca de 18 horas en mi trabajo, en el cual -a pesar de ser poco tiempo-, me expongo a perder dinero -el cual obviamente debo pagar con mi sueldo-, a las críticas y a las exigencias altaneras de la gente. Suele ser estresante, no siempre, pero sí.
Dentro de mí suelo concluir que hay personas que deben estar realmente mal -emocionalmente hablando-. Y es en esa reflexión en donde compruebo que nuestra salud mental se ve muy afectada por el sistema en el cual nos desenvolvemos. Lo anterior lo pienso en base a mi experiencia laboral, puesto que al atender público y prestar un servicio, me expongo a la basura que puede escupir el ser humano.
Me decepciona de cierta manera haber formado esta visión sobre el mundo laboral, más aún al estar relacionado con la gente, con personas que algún día pasarán a ser los responsables de mi sobrevivencia en este mundo. Sí, sobrevivencia, aunque suene fuerte y aburrido, es la verdad. Me desmotiva bastante que la meritocracia sólo sea para algunos, me imagino los miles de sueños que quedan en la nada producto de la desigualdad en la que vivimos.
El trabajo… trabajar como sinónimo de esclavitud; lo he visto en personas muy cercanas. Es difícil aceptar que probablemente me adapte a esto en unos años más, ignorando que tal vez lo estoy haciendo desde ya. Cuesta crecer, asumir que debes volar y alejarte de la posible zona de confort en la que te has criado.
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Poema publicado el 24 de Enero de 2020
Nunca sé cómo empezar, así es que lo haré de este modo, de la manera más sencilla, contándoles que no sé cómo comenzar. Aunque realmente no es eso sobre lo que quiero escribir, sino más bien sobre mí, y mi experiencia trabajando.
No les voy a negar que el fruto del trabajo es llamativo: manejar dinero, tener tus cosas, ser un poco más independiente, etc. Pero el hacerlo implica prestar mucha atención; nuestro tiempo se reparte en ocho horas, ocho horas que se nos van como si nos sobraran.
Puede ser que esté sonando drástico, y negativo, pero mi experiencia me ha enseñado eso, puesto que cada semana invierto cerca de 18 horas en mi trabajo, en el cual -a pesar de ser poco tiempo-, me expongo a perder dinero -el cual obviamente debo pagar con mi sueldo-, a las críticas y a las exigencias altaneras de la gente. Suele ser estresante, no siempre, pero sí.
Dentro de mí suelo concluir que hay personas que deben estar realmente mal -emocionalmente hablando-. Y es en esa reflexión en donde compruebo que nuestra salud mental se ve muy afectada por el sistema en el cual nos desenvolvemos. Lo anterior lo pienso en base a mi experiencia laboral, puesto que al atender público y prestar un servicio, me expongo a la basura que puede escupir el ser humano.
Me decepciona de cierta manera haber formado esta visión sobre el mundo laboral, más aún al estar relacionado con la gente, con personas que algún día pasarán a ser los responsables de mi sobrevivencia en este mundo. Sí, sobrevivencia, aunque suene fuerte y aburrido, es la verdad. Me desmotiva bastante que la meritocracia sólo sea para algunos, me imagino los miles de sueños que quedan en la nada producto de la desigualdad en la que vivimos.
El trabajo… trabajar como sinónimo de esclavitud; lo he visto en personas muy cercanas. Es difícil aceptar que probablemente me adapte a esto en unos años más, ignorando que tal vez lo estoy haciendo desde ya. Cuesta crecer, asumir que debes volar y alejarte de la posible zona de confort en la que te has criado.
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