Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Ya no soy la niña amarga
que tenÃa un mar de llanto
y alta ortiga por el alma.
Ya no soy la niña enferma
que al oÃr risas lloraba;
ya salà del solitario
bosque que me acorralaba.
Ahora soy la niña verde,
porque floreció mi calma.
Ya no soy la loca triste,
ya no soy la niña blanca,
nuevo amor ha traspasado
con el nardo de su lanza
mi corazón, que ahora tiene
un nombre de menta y ámbar.
¡Ay cuánta sonrisa noto
que trepa por mis espaldas!
¡Qué brillo tienen mis ojos
-viudos de siete mil lágrimas-!
La vida me sabe a verso
y los besos a manzana.
-El monte arregla sus pinos,
por las rocas el mar baila-.
El amor danza en mi pecho.
¡Ya me quiere! ¡Ya me aguarda!
Ya no soy la loca triste,
que al oÃr risas gritaba;
ahora soy la niña dulce,
ya no soy mujer amarga.
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