Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
A Lucinda, que tanto ama los versos.
Qué amor más sano habÃa
entre el ciervo y aquella gacelilla.
Se encontraban al alba junto al lago,
se corrÃan saltando todo el dÃa.
Su amor fue como el agua del arroyo,
¡qué cristalino amor ay, les unÃa!
La gacela y el ciervo paseaban
por el bosque besándose en la umbrÃa.
Desinteresado amor les unÃa.
En el mundo animal
pasan las cosas
más bellas de la vida.
Un pájaro que canta a la paloma;
un lagarto que espera noche y dÃa...
-una gacela hermosa se estremece,
porque el ciervo la mira-.
La roca tiene amores con el musgo,
la pared con la hiedra.
El árbol se conmueve con la brisa
el mar ama a la tierra.
Y todo tiene amores para nada.
Sólo del hombre brota el egoÃsmo.
La gacela y el ciervo se han parado,
bajo la sombra espesa de los tilos...
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