Hoy vino a mi de nuevo la soledad.
Poema publicado el 07 de Marzo de 2012
Hoy vino a mi de nuevo la soledad
que amenaza consumirme sin piedad,
hoy siento mis fuerzas disminuidas
la vida y el alma casi destruidas.
Los ojos nuevamente se me inundaron
de tristes lágrimas que no aguantaron,
y cayeron lentas vencidas por el llanto
no quisiera estar sufriendo tanto.
Estas gotas besan tibiamente mis mejillas
para luego caer postrado de rodillas,
levantar las manos señalando al cielo
gritar porque ! tengo el corazón en duelo.
Hoy la soledad se acunó en mi pecho
y encontro en él a su antiguo lecho,
hoy se me hizo eterno este día
búsqueda vana de una lejana alegría.
Oh mi dulce y fiel compañera
tenerte como sombra ya no quisiera,
porque no te alejas ahora de prisa
para que vuelvan la dicha y la sonrisa.
Hoy la mirada se tornó muy triste
así se mantiene desde que te fuiste,
hoy no hubo razón ninguna para sonreir
pero si muchas para querer morir.
Seca y amarga siento a mi boca
son las ironías de esta vida loca,
ayer entre tus brazos llenos de alegría
hoy escarbando recuerdos con melancolía.
Hasta cuando sufrirá este pobre corazón
espero no llegar a perder la razón,
hoy secaré esta lágrima derramada
y mañana partiré buscando a mi amada.
Allá la encontraré a mi pequeñita
con la mirada dulce en la carita,
volverá a embriagarme la felicidad
y desterraré para siempre a la soledad.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 07 de Marzo de 2012
Hoy vino a mi de nuevo la soledad
que amenaza consumirme sin piedad,
hoy siento mis fuerzas disminuidas
la vida y el alma casi destruidas.
Los ojos nuevamente se me inundaron
de tristes lágrimas que no aguantaron,
y cayeron lentas vencidas por el llanto
no quisiera estar sufriendo tanto.
Estas gotas besan tibiamente mis mejillas
para luego caer postrado de rodillas,
levantar las manos señalando al cielo
gritar porque ! tengo el corazón en duelo.
Hoy la soledad se acunó en mi pecho
y encontro en él a su antiguo lecho,
hoy se me hizo eterno este día
búsqueda vana de una lejana alegría.
Oh mi dulce y fiel compañera
tenerte como sombra ya no quisiera,
porque no te alejas ahora de prisa
para que vuelvan la dicha y la sonrisa.
Hoy la mirada se tornó muy triste
así se mantiene desde que te fuiste,
hoy no hubo razón ninguna para sonreir
pero si muchas para querer morir.
Seca y amarga siento a mi boca
son las ironías de esta vida loca,
ayer entre tus brazos llenos de alegría
hoy escarbando recuerdos con melancolía.
Hasta cuando sufrirá este pobre corazón
espero no llegar a perder la razón,
hoy secaré esta lágrima derramada
y mañana partiré buscando a mi amada.
Allá la encontraré a mi pequeñita
con la mirada dulce en la carita,
volverá a embriagarme la felicidad
y desterraré para siempre a la soledad.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
