Platicando con las estrellas
Poema publicado el 27 de Diciembre de 2024
Tener el cuerpo flotando, pero el corazón anclado a quien te está pensando.
Cuando respiras profundo y se aceleran tanto tus latidos, estando herido.
Mirar al cielo nocturno y, en cada estrella, encontrar lo que nunca has vivido.
Imaginar, aunque los pensamientos te hunden en su profundidad… pero salir.
Querer volar contigo, aunque el mundo nos cierre sus puertas y caminos.
Saber que somos fuego, pero vivir sin el miedo de que el amor sea un juego.
Gritarle al mundo que eres mía, aunque el ruido de los demás nos quiera robar la alegría.
Y cuando cierras los ojos, miras colores que en segundos se transforman en recuerdos.
¿Cuántas sonrisas me has provocado, Monse?
Qué rápido se pasa el tiempo, qué rápido se pasa la vida.
Todo pasa por algo; como el río que avanza, fluimos al destino que la vida nos lanza.
Los primeros tonos fueron rosa, rojo y morado,
una paleta que refleja todo lo que somos.
El negro, un misterio, como tus ojos al mirarme.
La lavanda en tu sabor: dulce, suave, inolvidable.
Fuerte, trascendente, exclusivo: el morado y sus tonos,
y el brillo en tu sonrisa ilumina hasta mis suspiros.
Miss Dior… me llega tu olor.
Qué momento, me pierdo en el tiempo.
Tu voz es el eco que suena en mi mente,
tu corazón late y me tiene de frente.
De noche despierto, me siento invencible,
pero al amanecer, te extraño a miles.
Quiero que descanses, que sueñes tranquila.
Monse, mi corazón es tuyo, nunca lo olvides.
Cuando no estás, los colores se esconden,
el tiempo se quiebra y los sueños responden.
Eres el ritmo que en el cosmos me llama,
un eco divino que incendia mi alma.
Aunque no duermo, te dibujo en estrellas.
Monse, el universo me habla de ellas.
Amor, qué rico es poderte tener.
Me prendes al verte, no quiero perder.
Tu boca me llama, tu piel me domina.
Te miro y la vida ya no se me arruina.
Por ti todo el tiempo yo quiero apostar.
Me dejas sin miedo, no voy a fallar.
Si esto es un sueño, que nunca despierte.
Monse, tú me haces sentir el más fuerte.
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Poema publicado el 27 de Diciembre de 2024
Tener el cuerpo flotando, pero el corazón anclado a quien te está pensando.
Cuando respiras profundo y se aceleran tanto tus latidos, estando herido.
Mirar al cielo nocturno y, en cada estrella, encontrar lo que nunca has vivido.
Imaginar, aunque los pensamientos te hunden en su profundidad… pero salir.
Querer volar contigo, aunque el mundo nos cierre sus puertas y caminos.
Saber que somos fuego, pero vivir sin el miedo de que el amor sea un juego.
Gritarle al mundo que eres mía, aunque el ruido de los demás nos quiera robar la alegría.
Y cuando cierras los ojos, miras colores que en segundos se transforman en recuerdos.
¿Cuántas sonrisas me has provocado, Monse?
Qué rápido se pasa el tiempo, qué rápido se pasa la vida.
Todo pasa por algo; como el río que avanza, fluimos al destino que la vida nos lanza.
Los primeros tonos fueron rosa, rojo y morado,
una paleta que refleja todo lo que somos.
El negro, un misterio, como tus ojos al mirarme.
La lavanda en tu sabor: dulce, suave, inolvidable.
Fuerte, trascendente, exclusivo: el morado y sus tonos,
y el brillo en tu sonrisa ilumina hasta mis suspiros.
Miss Dior… me llega tu olor.
Qué momento, me pierdo en el tiempo.
Tu voz es el eco que suena en mi mente,
tu corazón late y me tiene de frente.
De noche despierto, me siento invencible,
pero al amanecer, te extraño a miles.
Quiero que descanses, que sueñes tranquila.
Monse, mi corazón es tuyo, nunca lo olvides.
Cuando no estás, los colores se esconden,
el tiempo se quiebra y los sueños responden.
Eres el ritmo que en el cosmos me llama,
un eco divino que incendia mi alma.
Aunque no duermo, te dibujo en estrellas.
Monse, el universo me habla de ellas.
Amor, qué rico es poderte tener.
Me prendes al verte, no quiero perder.
Tu boca me llama, tu piel me domina.
Te miro y la vida ya no se me arruina.
Por ti todo el tiempo yo quiero apostar.
Me dejas sin miedo, no voy a fallar.
Si esto es un sueño, que nunca despierte.
Monse, tú me haces sentir el más fuerte.
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