Crepúsculo
Poema publicado el 30 de Septiembre de 2012
Nació en un campo yermo,
Entre rastrojos, arcilla y arena,
Labra con sudor un páramo enfermo,
Entre tristeza y pena,
Lágrimas que honran a los que murieron,
Sueños de pan y avena,
Bajo el yugo del hambre fallecieron,
Tiñeron de sangre roja la tierra,
Con sus dos manos labriegas se hirieron,
Hoy presas del arado y la herramienta,
Deseos que perecieron con dolor,
Dolor que el hambre encierra,
Es la pobreza oculta entre el rencor,
La que el alma envenena,
Mientras que los poderosos con desprecio,
Deshonran a la siembra,
Y caminan con paso firme y necio,
Desde un vientre que esconde la opulencia,
Hoy despojados de la desventura,
Con su alma en el regazo, tan enferma,
Su voz clama una melodía oscura,
Un réquiem de ceniza y calavera,
Mientras se escucha un llanto de ternura,
Esconden lágrimas en su despensa:
Suena un canto a la luna,
Nunca amanece,
Es una flor nocturna,
Con su rostro de nieve.
Gélida es la pasión,
Frío desierto,
Sórdido es su dolor,
Mudo el estruendo.
Y el mundo renuncia a su hermosura,
Se amamanta con jugo de cereza,
Pues no hay razón más pura,
Que la piel jornalera,
Cautiva de amargura,
Con su apariencia fría y lisonjera.
Pues tu mente nunca logrará huir,
Tu mente colmenera,
Sin otra esperanza que sobrevivir,
Tras el lamento de la plañidera.
Niño de cereal,
Tu cuerpo desespera,
Quien fue víctima de un golpe fatal,
Hoy solloza con fuerza,
Mientras te arrastras por campos de sal,
La carencia en tu interior se hace fuerte,
Sin otro anhelo que un triste final,
Cuando el único sueño es la muerte:
Suena un canto a la luna,
Nunca amanece,
Es una flor nocturna,
Con su rostro de nieve.
Gélida es la pasión,
Frío desierto,
Sórdido es su dolor,
Mudo el estruendo.
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Poema publicado el 30 de Septiembre de 2012
Nació en un campo yermo,
Entre rastrojos, arcilla y arena,
Labra con sudor un páramo enfermo,
Entre tristeza y pena,
Lágrimas que honran a los que murieron,
Sueños de pan y avena,
Bajo el yugo del hambre fallecieron,
Tiñeron de sangre roja la tierra,
Con sus dos manos labriegas se hirieron,
Hoy presas del arado y la herramienta,
Deseos que perecieron con dolor,
Dolor que el hambre encierra,
Es la pobreza oculta entre el rencor,
La que el alma envenena,
Mientras que los poderosos con desprecio,
Deshonran a la siembra,
Y caminan con paso firme y necio,
Desde un vientre que esconde la opulencia,
Hoy despojados de la desventura,
Con su alma en el regazo, tan enferma,
Su voz clama una melodía oscura,
Un réquiem de ceniza y calavera,
Mientras se escucha un llanto de ternura,
Esconden lágrimas en su despensa:
Suena un canto a la luna,
Nunca amanece,
Es una flor nocturna,
Con su rostro de nieve.
Gélida es la pasión,
Frío desierto,
Sórdido es su dolor,
Mudo el estruendo.
Y el mundo renuncia a su hermosura,
Se amamanta con jugo de cereza,
Pues no hay razón más pura,
Que la piel jornalera,
Cautiva de amargura,
Con su apariencia fría y lisonjera.
Pues tu mente nunca logrará huir,
Tu mente colmenera,
Sin otra esperanza que sobrevivir,
Tras el lamento de la plañidera.
Niño de cereal,
Tu cuerpo desespera,
Quien fue víctima de un golpe fatal,
Hoy solloza con fuerza,
Mientras te arrastras por campos de sal,
La carencia en tu interior se hace fuerte,
Sin otro anhelo que un triste final,
Cuando el único sueño es la muerte:
Suena un canto a la luna,
Nunca amanece,
Es una flor nocturna,
Con su rostro de nieve.
Gélida es la pasión,
Frío desierto,
Sórdido es su dolor,
Mudo el estruendo.
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