Esencias de junio
Poema publicado el 23 de Junio de 2012
Busco una luz al final del camino,
Mientras brotan aromas de verano,
Y me entrego a un horizonte lejano,
Con pies fatigados de peregrino.
Atrás quedaron días cenicientos,
Y noches sin luna de desconsuelo,
Y en esas madrugadas frías de hielo,
Una voz enmudece mis lamentos.
Esa voz me embriaga de frenesí,
Y oculta el llanto triste del doliente,
Entre besos de color carmesí.
Despoja mi rostro de penitente,
De los secretos que un día escondí,
¡Pues hoy seré tu cautivo ardiente!
Ante tus ojos desnudaré mi alma,
Que tan temerosa y desamparada,
Hoy se rinde al calor de tu mirada,
Sin que ya nada permanezca en calma.
Tus pupilas se hunden en mi regazo,
Relampagueantes en mi interior,
Y extinguen el fuego de mi dolor,
Ayer víctima de un brutal zarpazo.
¡Quisiera encadenarme a tu figura!
¡Quisiera poder respirar tu aliento!
Y beber tus lágrimas de ternura.
¡Pues es tanto el ardor que ahora siento!
¡Ardor de hoy, será mañana locura!
Entre versos que fluyen en el viento.
Y así transcurrirá el amanecer,
De un cuerpo ajado, cobarde e imprudente,
Hoy prisionero de amor inconsciente,
En cuyos brazos quiero perecer.
Ayer soñé cantos de primavera,
Acaso con vergeles de esperanza,
Mientras anhelo perderme en tu danza,
Mi corazón palpita y desespera.
En tanto, sigo un rumbo solitario,
Entre recuerdos de amor clandestino,
En medio de este paraje estepario.
Busco sin encontrar cuál es mi sino,
Yazgo bajo la espada del templario,
Conciencia que somete mi destino.
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Poema publicado el 23 de Junio de 2012
Busco una luz al final del camino,
Mientras brotan aromas de verano,
Y me entrego a un horizonte lejano,
Con pies fatigados de peregrino.
Atrás quedaron días cenicientos,
Y noches sin luna de desconsuelo,
Y en esas madrugadas frías de hielo,
Una voz enmudece mis lamentos.
Esa voz me embriaga de frenesí,
Y oculta el llanto triste del doliente,
Entre besos de color carmesí.
Despoja mi rostro de penitente,
De los secretos que un día escondí,
¡Pues hoy seré tu cautivo ardiente!
Ante tus ojos desnudaré mi alma,
Que tan temerosa y desamparada,
Hoy se rinde al calor de tu mirada,
Sin que ya nada permanezca en calma.
Tus pupilas se hunden en mi regazo,
Relampagueantes en mi interior,
Y extinguen el fuego de mi dolor,
Ayer víctima de un brutal zarpazo.
¡Quisiera encadenarme a tu figura!
¡Quisiera poder respirar tu aliento!
Y beber tus lágrimas de ternura.
¡Pues es tanto el ardor que ahora siento!
¡Ardor de hoy, será mañana locura!
Entre versos que fluyen en el viento.
Y así transcurrirá el amanecer,
De un cuerpo ajado, cobarde e imprudente,
Hoy prisionero de amor inconsciente,
En cuyos brazos quiero perecer.
Ayer soñé cantos de primavera,
Acaso con vergeles de esperanza,
Mientras anhelo perderme en tu danza,
Mi corazón palpita y desespera.
En tanto, sigo un rumbo solitario,
Entre recuerdos de amor clandestino,
En medio de este paraje estepario.
Busco sin encontrar cuál es mi sino,
Yazgo bajo la espada del templario,
Conciencia que somete mi destino.
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