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Tiempos de cambios - Poemas de Isis Carolina Farias



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Tiempos de cambios
Poema publicado el 23 de Diciembre de 2008

CAPITULO 1
Una historia comienza


       Una parte de mi vida había sido muy feliz, pero pronto todo cambio. Habían llegado tiempos difíciles donde me tendría que hacer hombre muy rápido. Alejándome de mis sueños y, entre mis propios sueños alejándome de lo que era mi vida...

       ¬¡Que tiempos aquellos! Que desde el campo más abierto me paraba para contemplar el anaranjado del cielo con aquellos colores tan bellos que me lograban transportar hacia otro mundo muy desconocido, lejos de este.

       Este pequeño pueblo, muy diminuto en el país de Polonia. Residía yo con mis padres, mi padre hombre correcto y campesino labraba la tierra con sus propias manos para obtener muchas cosechas para venderlas en el mercado. Siempre tenia sus uñas llenas de tierra, y su frente sudorosa y tostada del sol diario. Daba todo de él, para darnos una mejor calidad de vida. Mientras que mi madre, una bella mujer, dejaba sus ojos azulados en una maquina de coser también trabajaba y se esforzaba para vivir un poco mejor  y, sin duda todos éramos felices.

       Este pueblo, que no era más que un campo con un bello muelle donde a veces se veían llegar los grandes barcos de las fuerzas armadas para cargar agua y reunirse en una base de mando polaca. Recuerdo hoy, todo lo que tenia y un buen día me encontré con las manos vacías y manchadas. Ni yo mismo me lo podía creer, mi historia no tiene nada de particular sino tuviera un motivo principal y, el motivo principal resulta ser mi propia vida. Mi nombre es Roberth Smit y, una vez más estoy separado de la mujer que amo, soñando cada día con la preciada libertad porque nunca la e conocido, sino entre los brazos de esa mujer, pero quiero la libertad completa y plena.

       Han pasado ya tres largos años desde que ingrese a esta cárcel rusa, por un delito que nunca cometí. Pero, aquí. Por primera vez en la vida y, como en muy pocas veces e tenido que aprender a no tener escrúpulos, ni compasión con nadie. Acecinar mirando a los ojos, ser un acecino para poder sobrevivir, aun que la vida no sea mucho más que nada.

       Vivo sumergido en los recuerdos que continuamente se vienen como hojas caídas y llevadas por el viento. Lloro mi amarga pena al no tenerla, a veces deseando estar muerto para no sentir en mí tanto odio corriendo por mis venas. Mañana, será la ultima vez que vea salir el sol en el firmamento, de tantas veces que lo vi en el cielo y muy pocas veces lo aprecie. Me han condenado a muerte que no será más sino para aliviar mi dolorosa pena y, la puerta hacia la libertad... y, será allí donde le pediré perdón a Dios, mis padres y a ella por todos mis pecados, que tuve que cometer para vivir esta vida tan dura.
       Mañana será la última vez que mire el atardecer. Pero lo are contando mi historia. Poco antes que estallara la guerra mundial, hace muchos años antes  vivía con mis padres y era su único hijo barón. A veces me iba con mi padre al campo, para ayudarlo con el trabajo, que siempre resultaba ser una buena mano y, entre trabajo junto a mi padre disfrutaba ver lo ágil y divertido que resultaba ver a mi perro correr entre el campo abierto y verdoso por las hojas verdes de las verduras.

       Sinceramente era muy feliz. Mi mundo giraba en torno al campo, las fiestas y la iglesia. Pues mis padres eran muy católicos y todos los Domingos nos íbamos a la iglesia a cantar, orar, estudiar la palabra del Señor. Pero de pronto muchas cosas empezaron a cambiar las fuerzas hitlerianas  penetraron a este pueblo y todo empezó a militarizarse, ya en las calles no había tanta libertad y, esto a mi padre no le gustaba por que no era político, puesto que el gobierno muy pocas veces ayudaba y cuando lo hacia no era por obra y gracia del Dios. Siempre había que dar algo a cambio.

       Siempre se me fue inculcado el respeto, el amor, la lealtad hacia Dios y a mí mismo... yo, no conocía de odio. Pero; como todo ser humano aprendí a odiar con tanta fuerza como amar, eso. Era algo que me mataba de tristeza y sufrimiento por que me convertiría en algo que nunca me fue inculcado traicionando a los seres que yo más amara.

       Mi familia era muy unida, entre los rincones de la casa cada atardecer se llenaba de alegría la música que tocaba mi madre en el piano nos cautivaba y nos llenaba de una paz única. Todo era felicidad, sin importar mucho de lo que pasaba en el gobierno, ellos trataban de no darle mucha importancia, pero. No podían ignorar que día a día existía mas injusticias y, poco a poco crecía una represión que iba acorralando a muchas familias.

       Todo daba un vuelco impresionante, por las calles y por donde quiera se observaban grupos de militares vigilando y, muchas veces hasta violando los derechos de cada quién. En las iglesias las cosas también iban cambiando, ya no solo era la casa donde se le oraba a Dios, sino se iba a escuchar charlas a favor del gobierno de Hitler, y por esa razón mi familia había dejado de asistir a la iglesia  y realizaban reuniones oratorias en la casa, pero pronto eso ya no se pudo más, porque resultaba ir en contra de  las leyes.

       Este pueblo ya no era el mismo. Por que repentinamente se abrieron escuelas a favor de las fuerzas alemanas, el idioma alemán se había vuelto imprescindible. Esto resultaba ser mucho más que una simple ley porque después de un buen tiempo ya no se nos permitía  hablar polaco y el que no aprendía hablar ese idioma desaparecían y no se sabia nada de ellos y estas nunca llegaban a esclarecerse, la gente muy pobre era llevada a campos de concentraciones donde se les enseñaba y obligaban a fabricar armas para la guerra. Todos los delitos quedaban impunes.

       En muchas mañanas miraba en el rostro de mi padre la tristeza de ver su campo destrozado por maleantes, un día muy tristemente tuve que despedirme del  y muchas mujeres de muchos amigos cristianos se despedían de sus esposos e hijos mayores de 17 años, los cuales se marchaban a la guerra. Bajo la excusa de que se iban a trabajar la tierra. Pero, lo cierto de todo es que se marchaban a un campo de la Unió Soviética para ir a batalla. Mi madre y yo habíamos quedado muy tristes




CAPITULO 2
La tarde gris

       Al  transcurrir muchos meses no era mucho lo que mi madre podía saber de mi padre, deje de asistir a la escuela para trabajar y ayudar a mi madre. Porque ya no solo había escuelas normales sino escuelas militarizadas que se hacían llamar  Juventudes Hitlerianas y, yo no pertenecía a eso. Porque no me gustaba además; sentía rencor por el gobierno.

       A los 14 años comencé a buscar trabajo, el campo ya no era fértil además mi madre se había enfermado, era imposible encontrar trabajo sino era perteneciente a algún circulo político así que sufrí mucho maltrato. Me resultaba demasiado triste y denigrante sentirme maltratado en mi propio país, y me retorcía de la impotencia en cada noche en la que escuchaba sollozar a mi madre entre los rincones de su habitación por no tener noticias del.

       Un día de sol brillante, volvía yo de la plaza. Recuerdo que ese día había pulido tantas botas que traía muy buenos ingresos, llegue a mí casa con la alegría e ímpetu de un chico de 15 años, al llegar vi a mi madre sentada en la silla mecedora con sus ojos cerrados, pensé que estaba dormida. Al acercarme con toda mi alegría le toque diciéndole.

       ¡Mamá despierta! ¡Tengo algo muy bueno que darte! ¡Mamá! 

       Pero me quede paralizado al sentir en mis manos la piel de mi madre tan fría y tiesa como un roble, sus ojos no se abrían, me quede en silencia mientras la observaba y, la movía  bruscamente mientras le decía.

         ¡Mamá despierta!

       Pero sus ojitos no se abrían, mi corazón comenzó a latir muy rápido era una fuerza tan grande que sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, le tomaba la mano mientras que mis ojos se me volvían entre lagrimas, mientras que repetía una y otra vez su nombre. Sus ojos ya no irradiaban su vistoso color, cuando de entre sus manos se escapo un papel cayendo en el suelo, me agache para recogerlo y sintiendo la mayor tristeza de mi vida me entere de algo trágico... había sido una noticia muy fuerte, la cual. Como todo niño adolescente no podía soportar, mi padre había muerto. Esta fue la noticia que hizo fallecer a mi madre.

       Llorando desolado estaba, junto a mi madre que yacía sin respiración. Le reprochaba a Dios por que permitir tal desgracia en mi familia y como en muchas otras el caso sucediera. Tan pronto notifique fue enterrada.

       No-tenia a nadie mas que mis padres a acepción de una tía por parte de padre pero, ella no quiso hacerse cargo de mí alegando que era una mujer muy pobre como para tener que alimentar una boca más y, que tenia tres hijos a su cargo ya que su esposo estaba sirviendo al gobierno.  La noticia no hacia hueco en mi corazón  porque no la conocía muy bien, entonces fui llevado a un convento de niños huérfanos donde eran educados y al paso del tiempo fui adoptado.

       En mi corazón permanecían mis padres muy vivos como que nunca se hubiesen ido,  existían en un lugar mejor que este donde estaban juntos, en donde no había más que lo que siempre habían soñado. Al fin ya podían caminar de la mano por el campo del suave atardecer.  Por las noches retumbaba en mi memoria aquellas palabras de enseñanzas. Mi destreza en ese convento era muy buena y participativa, tanto que un profesor empezó a interesarse por mí su nombre era Fayol Benedet, me tomo cariño.

       Para él, yo le resultaba ser uno de sus mejores alumnos, responsable y muy inteligente, sin duda le resultaba un potencial difícil de desperdiciar. Fayol Benedet, era alemán y esto no significaba que fuese malo, era una persona noble (Como muy pocas) y vio en mí un hermano para su hijo Fermín Benedet, que tenía la misma edad que yo. Así que con él fui enviado a una base militar alemana.

       Pensar que fui muy feliz hasta el 01 de Septiembre de 1939. Polonia era invadida sin declaración de guerra, por motivos propios yo no deseaba ir a esa base militar. Pero, un buen día el señor Fayol tras puertas en su oficina me dijo aquellas palabras que nunca e podido olvidar. 

         ¡Tienes que unirte al enemigo si quieres sobrevivir!

       Aquellas palabras despertaron en mí una ilusión que fugazmente pude acariciar y mi objetivo. Muchas veces me desvelaba analizando su propuesta y sus palabras en mi mente retumbaba creando un conflicto. Ideaba una respuesta y un ejemplo, ser imparcial como mi padre (Aunque esto no sirviese de mucho), porque igual fue arrastrado al abismo... entonces yo, no seria arrastrado, seria yo mismo quien me lanzara con todas mis fuerzas y, entonces tome la decisión de irme con Fermín. Naciendo entre nosotros una amistad, yo jamás había tenido una convirtiéndose así en el hermano que nunca tuve, éramos inseparables y junto a nosotros siempre estaba un chico llamado James Stewart que era un año menor que nosotros.

       A pesar de que estos chicos fuesen alemanes, a veces también eran marginados y humillados por Marcos Bubloky un chico de tez pálida y ojos azules, estatura muy alta. A pesar de tener solo 16 años igual que nosotros, marcos me odiaba y era el hijo del director el cual le hacia ser el más sobresaliente que todos los demás. Muchas veces nos paliábamos hasta sangrar, ninguno de los dos desistía la pelea siempre era a muerte pero siempre nos separaban  y siempre al que castigaban era a mi, ( Resultaba ser injusto), pero. Siempre era yo el que tenia todas las de perder, me ponían a correr muchas horas una gran cancha charcaza, muchas flexiones de pecho y, estas cosas solo me hacían más fuerte para soportar todo lo que me atormentaba en silencio.




CAPITULO 3
Tiempos violentos

       En ese mismo año de 1939, tras la incorporación de Dantzig (Gdansk), se proclamo la anexión del país al Reich. La declaración de guerra de Gran Bretaña y Francia a Alemania desencadenaba la segunda guerra mundial. Me imaginaba el derramamiento de sangre y me resultaba como una pesadilla. Al cumplir los 17 años de edad en 1940, se desarrollo un potente insecticida denotado el D.D.T (Dicloro-Defenil-Tricloroetano), constituyo al desarrollo de la agricultura y a la reradiación de focos de enfermedades infecciosas, antes que se reconociera su toxina, el cual contribuyo a que la guerra se extendiera.

       Alemania continúo su invasión a Europa. Italia entro en la guerra de su lado y luego ambos países firmaron un pacto con Japón. La Francia ocupada exigió un armisticio y el 18 de junio el general de Gaulle lanzo su llamado a la resistencia. Eran unos tiempos muy violentos, el cual yo estaba viviendo. Pero al cumplir los 18 años de edad en 1941 ya estaba totalmente entrenado igual que James y Fermín, nos habíamos convertido en unos militares listos para pelear  y luchar en la guerra que parecía no tener fin.

       En este año, se descubre un elemento llamado plutonio radiactivo que tendría importantes aplicaciones como combustible de reactores y en las armas atómicas descubierto en los Estados Unidos, ante la situación en Europa, el presidente Roosevelt tuvo la convicción de que Estados Unidos por su propio interés debia romper con su aislacionismo. El ataque sorpresa contra la base de Pearl Harbor por la aviación japonesa provocó su entrada a la guerra, lo cual empeoraba la situación. El hambre, la pobreza y la decadencia de muchas familias que Vivian como nómadas de un lado a otro por el efecto de la guerra y, yo lo estaba protagonizando.

       Cuando Alemania comenzó con la búsqueda del exterminio de los judíos, esto resultaba ser asqueroso. Pues; ante la situación en Europa el drama del holocausto surge de una política de estado nazi “La situación final del asunto judío”. Es decir, el exterminio de ese pueblo. Se acelero la deportación de judíos hacia los campos de concentración, donde más de seis millones de ellos fueron torturados y aniquilados con métodos de exterminio masivo y , fue aquí donde conocí a la judía más bella del mundo. Me habían enviado a los campos de concentración para vigilar y ayudar en la búsqueda de unos fugados, caminaba por los campos con la compañía de Fermín y James, cuando repentinamente escuchamos unos gritos desesperados.

        ¡Suéltenme!¡Suéltenme!¡Malditos!

       los gritos se escuchaban entre los árboles y, eran sin duda los gritos de una mujer, al escucharse entre el ambiente Fermín pregunta.

       ¿Han escuchado?
       ¡Si!¡Vamos, los gritos parecen venir por allá!¡Vamos!

       grito James, corriendo hacia donde parecían venir los gritos, lo fuimos siguiendo. Al llegar nos encontramos con la pandilla de Marcos Bublosky, eran cuatro sus amigos, los que siempre lo acompañaban todos parecían una replica de Hitler, sanguinarios y fríos con una agilidad increíble para matar increíble. Black, Estéfano, Emilio, Fabricio. Eran las personas que lo acompañaban. Miraba yo, al igual que mis compañeros a Black y Fabricio sujetar a una chica por los brazos con mucha fuerza. No parecía tener mas de 16 años, vestía harapos, sus cabellos largos negro y sucios estaban enredados y, sus pies descalzos maltratados pisaban la tierra húmeda del campo. Observábamos muy atentamente escondidos entre árboles, cuando Marcos que era el líder se acerco a la chica cautiva con sonrisa maliciosa diciéndole.

       ¡Si de todas manera van a matarte, antes prefiero hacerlo yo! 
       ¿Matarla?, pero ¿Qué dices?. Sería un gran desperdicio ¿A caso no la has visto? ¡Mírala! Tiene un buen cuerpo ¿Por qué no nos divertimos con ella y luego la matamos? 

       había dicho Estefano, que le sujetaba el rostro para que Marcos la observase bien. Mirándola le toma el rostro, sonriendo le responde

       Tienes razón¬

       la chica asustada y en un impulso de defensa le escupió la cara. Lleno de rabia Marcos le lanza una bofetada

       ¡¿Qué te has creído?!¡Judía estúpida! 

       Cuando Fabricio tira a la chica a la tierra amarrándola muy fuerte, puesto que esta trataba de defenderse, le desgarraba el vestido y, como podía se baja el cierre de su pantalón. Al ver eso, di unos pasos. Fermín inmediatamente me sujeta del brazo y me pregunta

       ¿Qué estas pensando hacer? 
       Fermín,¿Es que acaso no ves? La van a violar
       ¡Da igual, si de todas maneras la mataran si la llevan a la base!
       ¡Igual no me importa! 

       Respondí  jalándome mi brazo, por que me estaba sujetando. Yéndome a dirección donde estaban, cuando me vieron les grite exigiendo que la soltasen, la chica no paraba de llorar, Marcos voltio a verme, preguntándome mi presencia en ese sitio. En ese preciso momento sentí acercarse los chicos Fermín y James que venían a mis espaldas. Al tiempo que le respondía.

       ¡Eso, no te importa. Solo quiero que sueltes a la judía! 

       Marcos al escucharme, se comienza a reír a carcajada. Su riza burlona me llenaba de rabia, voltio a ver a sus amigos y entre miradas se sonreían.

       ¿Escucharon lo mismo que yo?, este ¡Estúpido polaco quiere que soltemos a nuestra diversión . ¡jajajajajaaj!, ¡Que imbécil eres? 

       Fermín, siempre trataba de ser calmado. Y le respondió

       Deja a la judía, llévala a la base. Allí sabrán que hacer

       Mientras que nosotros discutíamos, la judía estaba muy callada pensando muy angustiada como escaparse, todos estábamos distraídos discutiendo , se percato de una piedra a su alcance. Cuidadosamente estiro su brazo izquierdo para tomarla  y, al tenerla en sus manos la invistió con todas sus fuerzas a  Fabricio en la cabeza. Que enseguida se aparto sangrando. Muy ágilmente la chica se levanto y salió corriendo a toda velocidad, tras de ella salió Emilio. Todos nos quedamos sorprendidos, mientras que Marcos gritaba

       ¡Síguela y tráela! 

       Estefano estaba ayudando a Fabricio, mientras que su cabeza sangraba. Black me reprochaba que era mi culpa. Empujándome Marcos enardecido me grita.

       ¡Esto lo va a saber la base, si yo la mataba nada de esto tendría importancia! ¿De que parte estas polaco estúpido? 
       De la parte correcta respondí

       Marcos se me acerco con mirada desafiante, ambos nos mirábamos durante varios segundos (No se cuantos).

       Entonces, ¿Que haces aquí?  me pregunto.

       Seguíamos mirándonos directamente a los ojos, sin pestañar. Pero no le respondí nada, después de unos segundos mas, el simplemente me dio la espalda marchándose junto a sus compañeros.




CAPITULO 4
Cautivado por una judía

       Me podía imaginar  la situación para los judíos siendo perseguidos como si fueran animales para ser exterminados cual plaga contaminante. ¿Dónde había quedado la humanidad?, siempre me lo preguntaba. Es que acaso ya no existía eran muchos sentimientos y, yo desde aquel día no podía dejar de pensar en aquella judía, me la imaginaba corriendo, huyendo por el campo  con su corazón latiendo a mil. Sabia que ella corría y detrás de ella incesante Emilio con el deseo de venganza, en medio de su desesperación la judía piso su vestido cayendo a la tierra húmeda y encharcada. Emilio la alcanza y sintiéndose atrapada pide que la suelte a gritos. Emilio no vacilo y la golpeo hasta hacerla perder el conocimiento y entre sus brazos la llevo hasta la base. Cuando lo vi llegar con la chica sabia inmediatamente de que ella seria sentenciada a muerte.

       Pero como todo, ella seria el problema a discutir. Por que yo había intervenido a que Marcos la matara. El comandante observaba a la prisionera y escuchaba muy atento, pero. Mientras que su mirada se paseaba de arriba a bajo por los harapos de la judía sus deseos se iban despertando. No era difícil quedar prendado bajo su rostro.

       De un lado a otro, no podía apartarla de mi mente y Fermín lo sabia, no resultaba nada sorprendente escucharme pedirle ayuda para hacerla escapar. El no aceptaba, pero de tanto insistirle siempre termina siendo mi cómplice. En la oscuridad de la noche nos escurrimos entre la vigilancia hasta llegar al calabozo donde la tenían cautiva. Nos acercamos al vigilante que por ordenes del comandante nosotros nos llevaríamos a la judía para fusilarla en medio del campo, quien no se opuso a entregárnosla. Estaba temblando y yo tenia que ser muy rudo con ella aun que no quisiera. La tome del brazo mientras que ella se negaba, con la ayuda de Fermín nos la llevamos.

       Entre lagrimas gritaba que la soltasen, al alejarnos y al adentrarnos al bosque, la lanzamos al suelo con sus manos esposadas.

       
       ¡Por favor no me maten!  imploraba encarecidamente
       Nosotros no vamos a matarte, al contrario queremos ayudarte a escapar de aquí 

Me acerque a ella y, le tome sus manos para quitarle sus esposas y fue allí cuando la mire a sus ojos, le mire su carita. No podía ponerlo en duda era tan bella... con unas cejas muy gruesas y unos ojazos verdes tan profundos. Mientras yo le quitaba las esposas ella me miraba al hacerlo me levante y le dije.

       ¡Vete!  Temerosa, observa a Fermín.
       ¿Qué demonios esperas?¡Vete ya!  le grito Fermín

        La joven se levanto y, se alejo tan rápido como pudo. Fermín permanecía con una expresión muy seria, al mirarlo le pregunte.

       ¿Qué tienes? 
       ¿Es que acaso no lo ves?, esto va a traernos graves problemas con el comandante¬  tras unos segundos le respondí.
       Le diré que todo a sido mi culpa, que yo te incite hacerlo

       Cuando de repente se escucho una explosión muy intensa, que el suelo debajo de nuestros pies se estremecía con tal fuerza que nos hacia mover todo el cuerpo. En ese noche nuestra base fue atacada y hubieron muchos judíos que lograron escaparse entre esos la que yo había liberado.

       Después de esa noche, muchos heridos yacían en los suelos. Tras muchas noches permanecíamos en continua defensiva contra los atacantes. Realmente no se cuantos días habían transcurrido, pero un día sin decirle a nadie, ni siquiera a Fermín. Me fui a unas ruinas para despejar mi mente la cual volaba hacia unos años atrás y me encontraba entre los brazos de mi madre o en los campos de mi padre mirando los atardeceres. Eran los momento que yo más anhelaba, pero de alguna u otra manera muy levemente le agradecida a Dios de que mis padres estuvieran muertos puesto de que ellos no se merecían vivir estos tiempos tan amargos, ni crudos de la humanidad. En fin; yo estaba pensando en cosas que me ayudaran a calmar y sobrellevar el dolor, pero algo me aparto de mis pensamientos, sentí unos pasos pisando la grama seca. Me quede en silencio esperando escuchar los pasos y, los escuche.

       Así que saque muy lentamente un cuchillo que tenía en mi bolsillo derecho, me levante deslizándome muy suavemente por la pared limosa. Cuando ataque sin darme cuenta quien era. Le puse el cuchillo en el cuello pero en un momento al ver esos ojos la solté. La chica intento correr, pero se callo. Rápidamente la ayude a levantar, mientras asustada temblaba.

       ¡Por favor, tranquila. No voy hacerte daño... Mírame!¿Acaso no me reconoces?. Fui yo quien te ayudo a escapar de la base

       la judía me miraba y la ayude a levantar, mientras que me dice

       Me acabas de atacar

       Mientras guardaba mi cuchillo le respondí.

       Pensé que eras un enemigo. Perdóname por favor

La judía me miraba con aquellos ojos tan penetrantes, y le pregunte.

¿Tienes hambre?  pero ella reacciono evasivamente
¡Tengo que irme! 
¡Espera por favor! 

Había dado unos cuantos pasos, pero al yo hablarle se detuvo, y le insistí en que se quedara, le ofrecí pan para su familia, dejo de verme pensé que no lo aceptaría por miedo, pero luego me miro y me respondió.

Si tengo hambre
Entonces ven, vamos a comer que también tengo hambre. Te daré pan

Nos acercamos a mi mochila y saque el pan tome un buen trozo y se lo di, vi como saciaba su hambre con mucha desesperación. Y, me sentí bien por ayudarla.




CAPITULO 5
Un barco para la libertad

Estaba yo sentado frente a la judía, mirando como saciaba su hambre, mientras la miraba comía y mientras lo hacia detallaba su rostro, no podía disimular, ella mirándome me pregunta.

¿Por qué me miras tanto? 
Solo te estaba detallando, puedo saber una cosa ¿Cuántos años tienes?  ella sin dejarme de ver me responde
Tengo 16 años, ¿Por qué el interés? 
Era simplemente curiosidad, ¿Quieres más pan?  ofreciéndole,

Tomándolo dice.

Lo dejare para  mis padres
No te preocupes, puedes comerlo tengo mas aquí
No tengo como pagarte esto
tampoco te estoy cobrando, ni espero nada de ti. Pero, si hay algo que me gustaría saber. Hemos estado hablando y aun no me has dicho tu nombre
Mi nombre es Jabid
¡Jabid! ¡Que nombre tan lindo!,¿Puedo llamarte así, verdad? 
Si. Pero también ¿puedo saber tu nombre verdad? 
Robert Smit.   

  No puedo olvidar aquel día, por primera vez hable con la mujer que se aparecería en mis sueños y, como cosa rara aun tengo su imagen clavada en mi mente y mi memoria. Con mucho dolor intento no pensar en lo que ella esta sufriendo por mí, a partir de ese día vinieron muchos más. Ella y yo siempre nos encontrábamos en las ruinas, le llevaba comida y entre nosotros nació una amistad. Noche tras noche pensaba en ella y nació el deseo de ayudarla a salir de estas tierras, lo cual para un judío resultaba muy peligroso. Además a Marcos no se le olvidaba el rostro de la judía. Yo lo conocía y sabia que la venganza eran sus pensamientos más fijos, casi naturaleza. Y me pasaba horas imaginando y tramando el ¿Cómo hacerlo?. Pensaba que en mis manos estaba el ayudarla y también a su familia. Que no tenían un solo pecado. El único pecado que cargaban a espaldas era el haber nacido en un país enemigo.

Quería hacer con ella, lo que no había podido hacer mi suerte, muchos días en los momentos más inesperados pensaba un poco en la forma de cambiar un poco su oscuro futuro.

Cuando un día me entere que partiría un barco al pueblo donde yo había nacido en el se iría James  para ayudar al comandante. Todo aparentemente decía que esa era mi oportunidad. Pero necesitaría la ayuda de James así que tendría que hablar con el, cosa que hice y como muy bien lo conocía al momento no lo aceptaría pues su mayor defecto era ser cobarde.

Le prometí que nadie se daría cuenta, si ambos actuábamos cautelosamente. Fue tanta mi insistencia que James no tuvo otro remedio que aceptarme y en esa noche aproveche para escaparme de la base y me fui hasta un lugar donde se escondía la familia de Jabid. Al llegar los encontré contemplando una fogata que les daba calor. Jabid al verme llegar se levanto la contemple frente a mí y le di la noticia la vi feliz, al mismo tiempo que toda su familia que me daban las gracias.

Ya todo estaba planeado, solo faltaba que se ejecutara. Cuando se esperan las cosas con toda la impaciencia del corazón como que el tiempo confabula con todo. Hasta con las horas que ya pasan muy lentas que hacen ver que los días parecen siglos, las noches milenios pero, como todo en esta vida llega tarde o temprano sin importar cuanto tarde. Ese día más esperado llego. En la madrugada con la ayuda de James, abordamos la familia de Jabid al barco de carga que al amanecer zarparía. Aquel día fue muy importante en mi vida por que sentía que yo le era indispensable a unas personas amigables que sinceramente no merecían morir, como fumigar y matar insectos.

En aquella madrugada de fría brisa, hablaba con James.

 Cerciórate de que todo salga bien
¡No te preocupes!, soy yo el más interesado!  estrechándome la mano me respondió.
¡No te preocupes con eso! Todo saldrá bien, nadie va a darse cuenta. Te lo prometo .

Cuando James termina de decir estas palabras. Vi a Jabid que se iba acercando a sus espaldas, lo presintió y voltio a verla, estaba muy abrigada con una manta.

Voy a dejarlos hablar. Dijo James marchándose.

Jabid, me miraba y al verla así me sonreí diciéndole.

Mañana muy temprano te iras. Recuerda que tienen que hacer el menor ruido y tienes que obedecer a James, el sabe lo que hace.

Pero Jabid en un impulso me abrazo, al momento no supe que hacer me quede privado sin ningún movimiento, cuando escuche su voz tierna y frágil.

¡Gracias! No se como agradecerte todo lo que has hecho por mí y mi familia, siento tanto afecto por ti que no quisiera dejar de verte.

Al escuchar aquellas palabras, la ternura inundo mi corazón y mis brazos también la abrazaron como ella me abrazaba a mi. Me sonreí y le respondí.

¡A mi tampoco, pero tienes que irte! Aquí tanto tu como toda tu familia corren un grave peligro. ¡A demás! Recuerda que iras a un lugar donde viví toda mi niñez y tendrás la dicha de vivir en mi casa.¡Hazme caso! Cultiva la tierra y has todo lo posible por aprender hablar alemán, cubre tu rostro y no hagas amistades hasta que no estés completamente segura. Prométemelo. 

Me aras mucha falta replico con mirada triste y le respondí.
 Tu también, pero todos estamos condenados.¿Sabes? James es un buen amigo. El los ayudara en todo lo que necesiten. Te pido que confíes en el... espero que todo te salga bien, créeme lo deseo de todo corazón y recuerda que te quiero mucho. Bueno, creo que ya debo irme nuestra presencia aquí podría ser un poco arriesgada. Tengo que marcharme

Jabid apartándose de mi me pregunta con sus ojos hechos aguas.

¿Cundo volveré a verte? 
Muy pronto siempre lo tendré presente

Jabid empieza a quitarse una cadenita que tenia colgada del pecho. Tenia su nombre grabado y era de oro, muy suavemente me toma las manos y poniéndola en las mías me pregunta.

¿Me la devuelves cuando volvamos a vernos? .

Le mire directo a sus cautivadores ojos y sin soltarle sus blancas manos, tan frágiles como una rosa, le respondí.

¡Te lo prometo! .

Nos sonreímos y sentí como lentamente soltaba mis manos, yo no podía parar de mirarla y, ella tampoco a mí. Hasta que  entro al barco y no volví a verla asomar.




CAPITULO 6
La sombra del enemigo

El día en que el barco se encontraba en el mar. Mientras yo hacia guardia mi mente no cesaba en recordar su rostro y tampoco dejaba de imaginarme de todo lo bueno que estaba por pasarle. Muy dentro de mi me sentía muy satisfecho, pronto los días no se hicieron esperar, como cosa inevitable comenzaron a transcurrir, impaciente cada día esperaba que James volviera para obtener noticias de Jabid, quería saber si estaba feliz. Eso era lo que más me importaba trascurrieron 6 meses, hasta que por fin escuche la noticia que mis oídos querían escuchar. James ya se encontraba de regreso y podría responderme todas aquellas preguntas que quería hacerle, muy ansioso esperaba yo a mi amigo. Con todas mis ganas interminables de saber. Hasta que el día más esperado llego, tenia a mi amigo en frente y en esa noche mientras vigilábamos en la oscuridad me permití preguntarle .

James, ¡Cuéntame! ¿Cómo fue la travesía? 
¡Bien, nadie se dio cuenta!  me respondió sin verme.
¿La llevaste a la dirección que te di?  acercándome le pregunte.
Hice tal y como me lo pediste, es que acaso ¿No confías en mí? 

Por su reacción tan a la defensiva, le respondí casi inmediatamente.

¡No!, no es eso. Es solo que quería saber. No es para que te molestes justo en ese momento llega Fermín que alcanza a escuchar las palabras de James.

¡Entonces no sigamos hablando del tema! Por que no seguiré respondiendo preguntas que solo evidencian desconfianza de mí.¡Creo que ya hice suficiente en ayudar a escapar a una judía!¿Me entiendes?  .

James termino de verme dándome la espalda se marchó, y Fermín con su rostro decía todo. Un poco asombrado pregunta.

¿Será que he oído mal?, o al contrario lo que escuche ¿Lo he escuchado muy bien? . Me sentí acorralado y le respondí.

¡No has escuchado mal! 
Entonces, supongo que empezaras a contarme ¿Verdad? ¿Qué hiciste? ¿Qué es lo que ha hecho James? 
Le pedí a que ayudara escapar  a la judía
¡¿Qué?!  sorprendido grito Fermín.. ¿Acaso te has vuelto loco, como has podido hacer eso?
¡Pero tranquilo! El me ayudo y todo salió muy bien
¿Cómo fuiste capaz de arriesgar la vida de James?¡Si lo hubiesen descubierto, eso sería una traición! Eres un inconsciente ¿Qué tienes en la cabeza? 
¡Discúlpame Fermín! ¡Yo se, lo que me estaba jugando y, yo nunca habría de negar mí culpa! 
De igual manera, a los dos lo hubiesen condenado, no logro entender ¿Por qué arriesgas tu vida y la de los demás por esa judía? ¿Acaso, hay algo que no me has contado? ¿Por qué siempre insistes en ayudarla? 

Deje de mirarlo y respondí.

Fermín yo nunca te mentí, ni nunca te he ocultado nada. Todo lo que te he contado de mí vida a sido verdad. Entre tu y James, eres tu mí amigo y no puedes ser tan siego, tu muy bien sabes lo que he sufrido y la familia de esa judía no son más que seres humanos, se que no puedo pedirte que te pongas en mí posición

Fermín me miro silenciosamente, ambos nos miramos, pronto rompió el silencio diciendo.

No vuelvas a arriesgar la vida de ninguno de nosotros, ni la tuya. Solo para reparar una vida de destino incierto, ¡Prométemelo! 

Mirándolo y con decisión respondí que si lo aria, pero esta promesa realmente yo no la cumplí. (Y, ya sabrán porque). Eso era igual que la traición; pero en esta vida se vive de todo y, me tocaría saber de la traición. Había sido traicionado de la persona que nunca en la vida me imaginé, pero como he dicho. Todos alguna vez probamos el veneno y estas suelen ser de la menos inesperada

Pensaba que el único enemigo que yo tenia era el descolorido Marcos juntos a sus amiguitos. Fermín en aquella noche me comprendió, aun que no estuviese de acuerdo con lo que le había pedido a  James. Por otra parte, de mi mente  no apartaba las miles de preguntas que quería hacerle a James. Pero no quería hacerlo enojar no sabia que había algo de james que yo desconocía. Pero todo en esta vida se sabe y yo tarde o temprano lo descubriría.

Habían pasado varios días, y a partir de aquella vez james se portaba conmigo de una forma evasiva, ya casi ni me hablaba. yo lo notaba aun que no le contase nada a Fermín, este se daba cuenta de nuestra lejanía he intentaba hablar con James, pero con el se portaba de la misma forma. Todas las noches en mis momentos de soledad me hacia una y mil veces la misma pregunta ¿Qué le habré hecho a James para que cambiara su actitud tanto conmigo? ¿Qué habría sido eso, que le aria cambiar?, esa pregunta que yo me hacia Fermín también se la hacía aun que no me lo preguntara a mí. En fin;  aunque a los dos nos interesaba el asunto ninguno de los dos lo hablábamos, más bien tratábamos de acercarnos a el y no alejarnos.

Eso era lo que pensábamos he intentábamos hacerlo. Pero un día el comandante del ejercito nos había asignado una misión en la cual consistía, en hacer una invasión a los cultivos de algunos campesinos con el fin de encontrar algunos rebeldes y judíos. Y, para tal fin eran necesarios dos pelotones con dos lideres, serían entre todos quien lo eligiera. Me habían elegido a mí como el comando Ave Negra. Y, por supuesto a Marcos que ya se había proclamado líder aunque no lo hubiesen elegido.

Estaban los dos lideres en el centro del patio y el comandante Benedit. Estaba en el centro de patio, hablando con voz imponente.

¡Jóvenes! ¡Estos son los dos lideres, están en todo su derecho el unirse a cualquiera de estos dos jóvenes para formar los dos pelotones!

Cuando el comandante termino de decir estas palabras muchos de mis compañeros hicieron grupo, por supuesto que Fermín se vino conmigo. Pero, para mayor sorpresa de los dos. El asombro nos dominaba al ver a James en el grupo de Marcos. Fermín y yo, no lo creíamos.

CAPITULO 7
La oveja negra

Las cosas no podían estar más confusas, ¿Por qué alguien que se suponía ser nuestro amigo, hacia eso? Algo sin duda había cambiado en el y, simplemente no nos habíamos dado cuenta. Marcos también fue muy sorprendido al ver a James en su grupo, ambos se miraron. Marcos se acerco a James y le pregunto.

¿Qué haces en este grupo? Es ¿Qué acaso no sabes que no eres bienvenido a este grupo? 
¡Lo se!, pero yo quiero pertenecer a este grupo o es ¿Qué acaso no puedo? 
Si esa es tu elección. Eres bienvenido . respondió muy sonreído.

Fermín al escuchar esas palabras se enfureció y se iba acercar para decirle algunas palabras, pero rápidamente le tome del brazo diciéndole a muy baja voz.

¡No cometas un error! 

Fermín estaba encolerizado y con voz ansiosa de rabia dice.

¡Es que acaso no ves! ¿Qué demonios le pasa? 
¡No lo se! Y, no intentes averiguarlo ahora. Seguro abra otro momento ¿Me entiendes? 

Fermín respiro profundo y dejando de ver a James dice.

¡No quiero tenerlo en frente!  dándole la espaldas. Y, yo como líder dije 
¡Señores es hora de irnos! 

Mi grupo se formo y nos fuimos a trote hasta los camiones que nos llevarían al campo, mi ejercito sabia muy bien que hacer. Ellos no usarían  sus armas  contra nadie que no lo atacasen y, que todo judío que encontrasen no lo hiriesen que lo capturaran y lo llevaran hasta la base. Allí siempre sabían que hacer.

Habían pasado dos noches, en que ya estábamos en los campos. Mientras que James contemplaba la fogata junto a sus nuevos compañeros. Marcos lo observaba y a su lado se encontraba Emilio que sin quitarle la vista a James le habla a Marcos. 

No entiendo que hace aquí. ¿Será que Robert, le pidió que se uniera a nosotros? 
¡No lo se!. Es extraño, pero en este preciso momento voy a averiguarlo

Marcos al terminar de pronunciar aquellas palabras se levanto y se dirigió hasta James y una vez teniéndolo en frente le dice.

¡Levántate! Que tenemos que hablar .

James sin hacer preguntas se levanto y comenzó a seguir a Marcos hasta alejarse del grupo. Una vez solos, Marcos le dice.

¡Ahora tendrás que decirme la verdad! ¿Qué haces aquí? 
¡Ya te he respondido! ¿acaso ya no lo hemos hablado? 

Cuando ágilmente Marcos saca un cuchillo y poniéndoselo en el cuello le dice.

¡Eso para mí no resulta ser suficiente!  James empieza a temblar y pregunta.
¿Piensas matarme?, solo porque preferí este grupo
¡Ya te lo dije, cabrón! Además no confió en ti. ¡Ahora dime de una maldita vez! ¿Qué haces aquí? 
Estoy aquí por que ya no soportaba a Robert, ni a Fermín. Ellos actúan como los enemigos ¡Y, yo no pienso estar con enemigos! 
Eso debe tener un porque ¡Dímelo!   a lo que James respondió.
 Robert me obligo para que lo ayudara a escapar a una familia judía ¿Te acuerdas, la judía que matarían en el bosque?. Pues a la familia de ella

Bruscamente Marcos suelta a James, que se aparta respirando desesperadamente, Marcos con su mirada fija le dice.

¡Con que esas tenemos! Ya sabia yo que algo tenia que ver seguro debe estar involucrado con aquella fuga de donde escapo. No se como esa posibilidad nunca se me había cruzado por la mente, ¿A dónde la llevaste? 
¡No lo se! Intente matarla pero ella escapó. Pero lo que si te puedo asegurar es que ella se encuentra en el pueblo ese de donde es Robert. No creo que tenga manera de irse de allí
No creas que por esta confesión te tomare confianza. Yo no puedo confiar en alguien como tu¬ respondió, mientras se daba la vuelta y guardaba su cuchillo.

Al cabo de unos meses se le dio fin a esta misión, pero ni Fermín, ni yo olvidamos lo que James nos había hecho. Un día al volver a la base, Fermín y James se encontraron frente a frente y, el enfrentamiento fue inevitable ambos se golpearon hasta sangrar. Esta era la primera vez que se habían agarrado y fueron sancionados, entonces decidieron enviar a unos cuantos soldados a otra base militar ubicada en Francia pelotón donde había caído yo con Fermín. Ambos fuimos enviados a esa base, entonces a partir de ese momento me separe con todo tema que tuviera que ver con mi traidor amigo y con mi eterno enemigo Marcos. Yo, deseaba olvidarlos.

Un día sin darme cuenta ya no me importaban ellos. Al menos en Francia estaba llevando una vida más tranquila, estudiando para ser un buen comandante y, aun que yo trataba de olvidar una parte de mi vida, había algo en especial que yo no deseaba olvidar y lo que yo no quería sacar de mi mente era a Jabid.  Que sin darme cuenta y entre tantas guerras y enfrentamientos habían transcurrido ya, un año. Yo no me lo podía creer, realmente no sabia ni el día, ni la fecha en que Jabid cumpliese año, pero al darme cuenta que habían transcurrido mucho más de doce meses, podía deducir que ya tendría 17 años, cada noche en mi litera acostado con la mirada puesta sobre el techo, la recordaba mientras que mi mente volaba imaginándome lo linda que habría de estar. Y ella, su imagen y su voz que claramente escuchaba era la fuente de inspiración para escribir los versos más bellos.

Todos dedicados a ella. Y, crecía en mí una esperaza maravillosa que era volver a encontrarme con ella, tenía la esperanza que un día yo volvería a mi pueblo. A ese hermoso pueblo. De verdosas montañas y de techos rojos tal cual como perduraba en mí mente. Me veía llegar a lo que había sido mí casa donde viví los momentos más inolvidables de mi vida, y me la encontraba a ella hecha toda una mujer. Pero, eso solo estaba existiendo en mí mente porque realmente no tenia la certeza de que esto fuese de verdad.

Todas las noches sentado frente de una diminuta lumbrera me sentaba a escribirle mis más profundos sentimientos y, allí entre cada noche, y entre cada día en mí soledad miraba el tiempo pasar en un árbol. De repente una hoja caía y el viento jugaba con ella a hacer su voluntad. Como el gobierno y sus gobernantes y, había pasado un año. Luego mire en otro día más la existencia de una alfombra de hojas secas rodear el árbol esquelético, mientras que un frío aire invadía el lugar y, sin percatar otro año había pasado.

Como todo llegaba el invierno, en este año lo podía apreciar y en el próximo que no estuvo muy lejos aprecie sin duda el otoño. Mi época favorita, por que en el otoño lo que tenia cicatrices sanaba para una hermosa y delicada primavera. Y, sin darme cuenta ya había escrito mil versos y poemas todos dedicados a ella. Los guardaba celosamente; un día al amanecer mí comandante me mando a llamar a su oficina, en ese día me dio una gran esperanza que me abría las puertas a un posible encuentro con Jabid.





CAPITULO 8
Las ruinas de la maldad

El comandante llamado Ramir, el cual era mi superior me tenía cierto aprecio era como el padre de Fermín. (Era mi modelo a seguir), el comandante Ramir sabia muy bien que yo era polaco y a veces en nuestras reuniones yo le expresaba mis mayores deseos de volver a ir al pequeño pueblo que me había visto nacer. Así, que me pidió el gran favor de llevar unas ordenes al comandante  Tercio Ramiro, que estaba de cargo en la base alemana ubicado en aquel pueblo. En la noche después de hablar con Ramir, no pude pegar ni un solo ojo, solo pensaba en volver a sentir aquella tierra húmeda hundirse bajo mis pies. Esperaba impacientemente a que se pasasen todos estos días para irme a mi pueblo. Estaba tan ansioso como un niño.

Finalmente había llegado. (Como siempre), para ir al lugar que me daría una gran sorpresa  y, me iría en ese mismo barco que me saco de mi pueblo unos años atrás, ese mismo barco que me trajo a estas tierras.

En mi travesía de vuelta, asomado de la barda sentía la brisa del mar tan fría acariciándome el rostro y se me vino a mi mente aquel pasado que no fue mas de 5 años atrás en que había salido sin nada por dentro pero ahora volvía , he iba con muchos sueños. Y mis sueños eran ver en lo que se había convertido Jabid. Aquella joven hermosa que con dulzura se había adueñado de mi corazón. Acostado sobre mi litera observaba en la palma de mí mano aquella cadena que me había dado Jabid con el propósito único de hacer entre nosotros una promesa, volvernos a encontrar.

Los días de viaje por mar fueron maravillosos, divise el muelle de mi pueblo y, estaba totalmente loco por verlo más cerca, sus fajas montañosas con aquellos colores tan verdes, las casas y su gente, tenía la ilusión de que este pueblo hubiera mejorado un poco a pesar de la decadencia en que se había sumido años atrás. Pronto el barco, se acerco al muelle y desembarco. ¡Que diferencia!. El tiempo y los años si hacen cicatrices, realmente habían trascurrido mucho más de 5 años; recuerdo que el chico que vivió aquí era juguetón andaba de la mano con sus padres, con lagrimas en la punta de los ojos y el corazón hecho pedazos, era un niño triste y ahora el que regresa es un hombre de 26 años de edad, desarrollado físicamente. El hombre que mi madre se imaginara aun que tuviese sus diferencias por que las tenía.

Había vuelto un hombre maduro, con una ilusión en su corazón y con muchas fuerzas de sentirse vivo por dentro. Vestido con un uniforme militar de un rango un poco elevado. Al llegar, me mataba la emoción y moría de las ganas de sentir mis zapatos hundirse en su tierra y caminar por las calles, sin importarme llevar el uniforme. Eran tantas las emociones que yo no sabia contener, así que tome la decisión de llegar hasta la base caminando pero las ilusiones de que las cosas en este pueblo hubiesen mejorado se borraban en cada paso que yo daba.

La pobreza, el odio, toda la decadencia y la destrucción de la guerra lo habían convertido en un pueblo olvidado por la mano de Dios, mientras caminaba observaba todo al mi rededor y sentía mucha tristeza. 

En la cara de los niños desnutridos cuyo huesos en sus pieles se transparentaban y podían contarse a unos cuantos pasos de ellos, se podía descifrar en sus ojos hondos el odio que existía dentro de ellos. Eran tan solo niños y ya sabían odiar. Eso me sorprendía por que aun a mi edad, realmente ese sentimiento yo no lo conocía. Al menos, en ese momento; seguía con mis pasos mientras sentía sobre mí numerosas miradas. Miradas que me hacían sentir incomodo , el anhelo por caminar por aquellas calles se me había convertido en una verdadera vergüenza que no me permitía alzar la mirada.

De pronto una mujer se me cruzo en el camino, ambos nos miramos, cuando iba a saludarla, aquella mujer de aspecto  muy pobre, humilde de piel negra. Me escupió y luego me dijo con todas sus fuerzas ¡Maldito!, al instante de decirlo se fue corriendo. Esto le hubiese costado la vida. Pero, yo no era un acecino, en este caso no lo sería. Saque mi pañuelo y me limpie la cara y siquiera pude sentir rabia. Pude haberla matado porque jamás anda indefenso. (Un verdadero alemán la hubiese matado). Se hubiese enfurecido y le hubiera disparado a traición, cuando se alejaba corriendo. Pero, no lo hice por que no le dispararía a mi pueblo, ni a otro.

Fue aquí donde vivieron mis padres y me dieron la vida, al ver esto y sentir el odio, realmente sentía una gran lastima  por todos aquellos niños y adultos que estaban hundidos en la miseria y la decadencia. Mientras que otros se hacían en la gloria por el poder, el dinero y la ambición de poseer más y más.

Mí regreso a este pueblo fue muy desencantador, no era como me lo imaginaba, pero aun quedaba una esperanza de que parte de mis sueños se hicieran realidad. 




CAPITULO 9
Las ruinas de la maldad
(Segunda parte)

Al llegar a la base, rápidamente fui a encontrarme con el comandante, a quien le había alegrado verme. Pues, cuando me conoció yo, apenas era un huérfano. Recuerdo que había sido el quien me había traído a la base militar. Nos saludamos, y le entregue los documentos que debía darle. Pronto me invito a tomar un té bien caliente y se lo acepte encantado. Pronto empezamos a conversar  y, empecé a contarle de mí experiencias  con la armada japonesa y le ofrecí mi opinión sobre el movimiento nazi. El cual acepto no estar de acuerdo, pero eran así que se daban las cosas y, solo unos cuantos no podían luchar contra eso.

Después de nuestro intercambio de pensamientos, ideas, he ideologías políticas, tuve que pedirle disculpas por que tenía que marcharme, quería ir a buscar a Jabid, la impaciencia ya e estaba matando. el comandante las acepto y me dejo ir. 

Estaba loco por llegar a aquella casa, cuando salí de la base me fui caminando hasta el lugar donde viví los mejores años de mi vida. Pronto llegue, pero mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Comencé  a caminar con pasos temblorosos, mientras que mi mirada atónita no dejaba de observar el lugar. Mis pies ya no aguantaron más y mis rodillas fueron a parar a la tierra de escombros. ¿Qué había pasado aquí? ¿Cuál fue la desgracia tan grande? ¿Qué ocurrió?. Mil preguntas pasaban por mi cabeza. Miraba a mi rededor y aunque lo estuviese viendo. No lo podía creer.

Una desgracia había ocurrido, era más que obvio no darse cuenta que las llamas habían consumido la casa. Las lagrimas brotaban de mis ojos con el mayor sentimiento de mí alma. ¿Por qué ocurrió? ¿Por qué esto estaba así?. Eran muchas las preguntas que me retumbaban en gran eco. Capaz de volverme loco. En aquella casa solo quedaban ruinas, solo paredes derrumbadas con rastro de llamas. No había nada. Solo escombros limosos, no aguantaba mi dolor y me salió de la garganta un grito desgarrador.

¿Dónde había quedado todo mi sacrificio?, ¿Dónde? Gritaba a gran voz, para ver si Dios me respondía. ¿Dónde estas Dios? Capaz de permitir todo lo malo ¿Dónde?... decía llevándome las manos con locas desesperación mientras permanecía arrodillado. ¿Por qué permites tales desgracias, la guerra, tanta maldad en el mundo? ¿Es que acaso se esta prohibido vivir en armonía, con paz? ¿Dime para que existes?¡Dime!. gritaba con todas mis fuerzas, pero nadie estaba allí para darme respuestas. Solo estaban los recuerdos y mi esperanzas convertidas en cenizas y escombros.

Sabia muy bien que para mí no existía un solo motivo para ser feliz. Jabid era mi motivo y ahora sabia que estaba muerta. ¿Desde cuando?, quizás ella nunca había llegado aquí.. mi mente no dejaba de pensar, que James era el culpable de esto, por pequeños recuerdos que me venían a la mente, pero eran las mismas preguntas sin ninguna respuesta.

El hecho de haberme encontrado la casa sumida en escombros ya casi desaparecidos por el paso del tiempo me dejaba sin ganas de luchar por nada, ni por nadie. Ya no quería seguir viviendo, ¿Para que, seguir viviendo? Y aquel día cuando estuve en el muelle ya, listo para embarcarme en el barco para volver a la base a donde trabajaba jure que no volvería a pisar este pueblo, no quería seguir manchando todos mis recuerdos. Así que le di la espalda y no volví a voltear más.

Regrese a la base, donde Fermín me esperaba y en una noche de copas en un bar le conté lo que me había encontrado a mi regreso al pueblo, aun que el en realidad no sabía su significado. Aun que Fermín siempre me comprendía. Y le había dicho a el, que quería cambiar y realmente cambie. Fue un cambio drástico de militar a cadete de las fuerzas aéreas y todo eso sucedió a la vuelta de 4 años. Ya no tenía 26 años, ya estaba a puertas de cumplir los 30 años y a las puertas de conocer por primera vez el amor.

Jamás me imagine que yo, iba a perder la cabeza por una mujer. Nunca dije que amara a Jabid y que estaba enamorado de ella, puesto que mi amor era cariño. Afecto a una joven tan hermosa con toda una vida por delante, lamentablemente y como todos saben la guerra es como la gangrena no se detiene hasta no comer o marchitar todo a su paso y ella lamentablemente estaba en su camino desde el día de su nacimiento. Siempre la recordaba, cuando miraba su cadenita que en la medalla tenía grabado su nombre.

El día de mi cumpleaños no estaba muy contento, como cosa rara, pues Fermín y Rodrigo un nuevo amigo nos acompañaba a una fiesta que se había inventado Fermín. Una fiesta que terminaría en un bar muy conocido en la Ciudad de Francia que para esta época de Mayo estaba invadido por militares. A nuestra llegada tomamos la mejor mesa el bar estaba lleno de compañeros y solo por una razón llamada  “Sindy” la mujer más sexy y salvaje del bar. Era la prostituta más cotizada y deseada por todos los militares extranjeros que llegaban a la ciudad, que decían era una mezcla de todo. Sensualidad y misterio, delicadeza y salvajismo. Todos los hombres querían morir en los brazos de “Sindy la reina”.

Cuando llegamos a la ciudad, Fermín había leído el anuncio en el periódico de  “Sindy la reina”. Bailarina nudista y, que mejor regalo para mí. Cuando estuvimos allí el trago y el brindis por mis 30 años no se hicieron esperar, repentinamente todo se tiño en una luz roja y al escenario salió una mujer vestida de rojo muy ceñido a su cuerpo, caminaba entre el publico, provocando y cantando con una pasión desbordante. Realmente al verla llegue a pensar que era más bella que la mismísima Marilyn Monroe, nos tenía a todos cautivos, aun que su vestido no mostrase mucho. Cuando repentinamente de un solo jalón su vestido quedo en un impresionante corsé rojo de liguero. Yo no era el único tonto, estaba como todos idiotizados, se movía con un esplendor deslumbrante. ¡Es que era tan bella y sensual! Que no podía parar de adorarla.     




CAPITULO 10
La noche del deseo

“Sindy la reina”. Se paseaba c


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