Miseria
Poema publicado el 22 de Septiembre de 2012
Que es sino un grito ahogado en la desesperación, un canto de ruina del alma que nos condena a la tumba de nuestros sueños, el ansia de vivir como deseamos que nuestro pasado nos condenara.
Y en un grito de dolor ahogamos nuestro propio ser y la aventura de nuestro coraje disfrazándolo con serenidad, en la cumbre de nuestra amargura encarnada por la misma displicencia de nuestros pecados.
En ese momento en que no existe dios, en ese momento donde la sombra de nuestros fracasos se engrandece atemorizándonos tanto que ni la propia luz nos tranquiliza.
Y la sombra de las dudas nos pinta el rostro con careta de sonrisas, aun sin embargo nuestra alma solloza.
Y nuestros problemas nos llevan a la locura y la demencia, nos castiga los porqués y los hubiera, los detalles de aquel Segundo en que pudimos escribir nuestra historia diferente, si hubiésemos dibujado con letras doradas nuestro propio destino.
Y nos llega la fe, nos empuja la razón y nos levanta el ánimo, como si fuese suficiente.
La esperanza no existe, solo existe ese silencio neutral que te tortura con las voces de los demonios de tus pensamientos.
Hasta ese lugar nos llevaran nuestras lagrimas, hasta ese prometido paraíso encarnaremos una resurrección, en ese solitario lugar al fin descansaremos, el signo de que la vida en realidad comienza.
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Poema publicado el 22 de Septiembre de 2012
Que es sino un grito ahogado en la desesperación, un canto de ruina del alma que nos condena a la tumba de nuestros sueños, el ansia de vivir como deseamos que nuestro pasado nos condenara.
Y en un grito de dolor ahogamos nuestro propio ser y la aventura de nuestro coraje disfrazándolo con serenidad, en la cumbre de nuestra amargura encarnada por la misma displicencia de nuestros pecados.
En ese momento en que no existe dios, en ese momento donde la sombra de nuestros fracasos se engrandece atemorizándonos tanto que ni la propia luz nos tranquiliza.
Y la sombra de las dudas nos pinta el rostro con careta de sonrisas, aun sin embargo nuestra alma solloza.
Y nuestros problemas nos llevan a la locura y la demencia, nos castiga los porqués y los hubiera, los detalles de aquel Segundo en que pudimos escribir nuestra historia diferente, si hubiésemos dibujado con letras doradas nuestro propio destino.
Y nos llega la fe, nos empuja la razón y nos levanta el ánimo, como si fuese suficiente.
La esperanza no existe, solo existe ese silencio neutral que te tortura con las voces de los demonios de tus pensamientos.
Hasta ese lugar nos llevaran nuestras lagrimas, hasta ese prometido paraíso encarnaremos una resurrección, en ese solitario lugar al fin descansaremos, el signo de que la vida en realidad comienza.
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