Ferrocarril de años viejos
Poema publicado el 21 de Enero de 2014
FERROCARRIL DE AÑOS VIEJOS
Se cansaron tus ruedas,
ya no corren…
Se callaron tus máquinas,
se durmieron tus motores.
Y quedaron inertes tus vagones
entre líneas abandonadas,
sobre rieles oxidados,
asomando por entre la maleza
como fantasma paralizado,
como vestigio de tu esplendoroso pasado.
Un aire frío recorre tus coches,
y un escalofrío, mi cuerpo
pues me parece sentir
en este profundo silencio
de olvido eterno…
a los pasajeros de otro tiempo;
cuando galopabas por las praderas,
atravesando los ríos,
saludando a las ciudades
con tu pitazo alegre y estridente,
que se ha quedado en el aire, en el viento;
atravesando las eras…
Ferrocarril de años viejos.
Y mientras pienso…
Me pierdo entre tus fierros corroídos,
y aparezco de repente
por entre tus ventanas
como un espectro viviente,
despertando este tiempo dormido…
Entonces me convierto en un enajenado,
en un alienado, en un demente;
con mi pensamiento ido,
atrapado en los misterios
de estos fierros retorcidos,
extraviado del presente,
viajando por entre mágicos
y apasionantes recuerdos;
paseando emocionado por tu memoria,
en este silencio perfecto,
en este silencio de muerte…
reviviendo tu época de gloria:
Ferrocarril de años viejos.
¿¡Cuántas historias podrían contar tus asientos!?
¡Cuántos romances! ¡Cuántos devaneos!
¡Cuántos amores fugaces!
¡Cuántas alegrías! ¡Cuántos pesares!
Todo está escrito y oculto en tus vagones
en cada estación, en cada viaje.
Y ahora recorriendo tu cementerio
de máquinas, coches, raíles…
Trenes de otro tiempo;
siento que tiene vida tu imagen:
Ferrocarril de años viejos.
Jacob Neruda Unamuno
Derechos Reservados
Chile
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Poema publicado el 21 de Enero de 2014
FERROCARRIL DE AÑOS VIEJOS
Se cansaron tus ruedas,
ya no corren…
Se callaron tus máquinas,
se durmieron tus motores.
Y quedaron inertes tus vagones
entre líneas abandonadas,
sobre rieles oxidados,
asomando por entre la maleza
como fantasma paralizado,
como vestigio de tu esplendoroso pasado.
Un aire frío recorre tus coches,
y un escalofrío, mi cuerpo
pues me parece sentir
en este profundo silencio
de olvido eterno…
a los pasajeros de otro tiempo;
cuando galopabas por las praderas,
atravesando los ríos,
saludando a las ciudades
con tu pitazo alegre y estridente,
que se ha quedado en el aire, en el viento;
atravesando las eras…
Ferrocarril de años viejos.
Y mientras pienso…
Me pierdo entre tus fierros corroídos,
y aparezco de repente
por entre tus ventanas
como un espectro viviente,
despertando este tiempo dormido…
Entonces me convierto en un enajenado,
en un alienado, en un demente;
con mi pensamiento ido,
atrapado en los misterios
de estos fierros retorcidos,
extraviado del presente,
viajando por entre mágicos
y apasionantes recuerdos;
paseando emocionado por tu memoria,
en este silencio perfecto,
en este silencio de muerte…
reviviendo tu época de gloria:
Ferrocarril de años viejos.
¿¡Cuántas historias podrían contar tus asientos!?
¡Cuántos romances! ¡Cuántos devaneos!
¡Cuántos amores fugaces!
¡Cuántas alegrías! ¡Cuántos pesares!
Todo está escrito y oculto en tus vagones
en cada estación, en cada viaje.
Y ahora recorriendo tu cementerio
de máquinas, coches, raíles…
Trenes de otro tiempo;
siento que tiene vida tu imagen:
Ferrocarril de años viejos.
Jacob Neruda Unamuno
Derechos Reservados
Chile
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