Que deje de amarte y que te olvide... ¡no me lo pidas
Poema publicado el 04 de Agosto de 2012
QUE DEJE DE AMARTE Y QUE TE OLVIDE… ¡NO ME LO PIDAS!
Pídeme que ya no te hable,
pídeme que ya no te llame,
pídeme que ya no te mire;
que mis ojos en tus ojos
ya no se posen,
ya no se aniden.
Pídeme que ya no te escriba poemas,
pídeme que de tu vida me retire.
Pídeme que ya no te bese,
pídeme que ya no te abrace,
pídeme que ya a ti no me acerque,
pídeme que te deje.
Pídeme que me aleje.
Que cruce océanos y desiertos
y me pierda en ellos…
Pídeme que desaparezca
como la luz del día,
pero que ya no amanezca.
Pídeme que me borre
como un espejismo de tu vida.
Pídeme lo que quieras…
Pero que deje de amarte
y que te olvide…
¡No me lo pidas!
No me pidas que no te recuerde
en el silencio de muerte
que provoca tu ausencia
cuando el día se obscurece
y hace las noches más negras y eternas,
enfrentado a mi soledad y a mi desvelo,
solo con tu imagen en mi mente.
No me pidas que no te abrace y te bese
cuando contigo sueñe.
No me pidas
que no pronuncie tu nombre
y les cuente a los caminos,
que te extraño, ¡qué no te olvido!
Que te amo más cada día.
Que la nostalgia me atrapa
cuando te pienso,
y arde de mi alma su herida.
Es que te quiero aquí conmigo,
amada mía.
Por eso, que deje de amarte y que te olvide…
¡No me lo pidas!
Jacob Neruda Unamuno
Chile
Derechos reservados
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Poema publicado el 04 de Agosto de 2012
QUE DEJE DE AMARTE Y QUE TE OLVIDE… ¡NO ME LO PIDAS!
Pídeme que ya no te hable,
pídeme que ya no te llame,
pídeme que ya no te mire;
que mis ojos en tus ojos
ya no se posen,
ya no se aniden.
Pídeme que ya no te escriba poemas,
pídeme que de tu vida me retire.
Pídeme que ya no te bese,
pídeme que ya no te abrace,
pídeme que ya a ti no me acerque,
pídeme que te deje.
Pídeme que me aleje.
Que cruce océanos y desiertos
y me pierda en ellos…
Pídeme que desaparezca
como la luz del día,
pero que ya no amanezca.
Pídeme que me borre
como un espejismo de tu vida.
Pídeme lo que quieras…
Pero que deje de amarte
y que te olvide…
¡No me lo pidas!
No me pidas que no te recuerde
en el silencio de muerte
que provoca tu ausencia
cuando el día se obscurece
y hace las noches más negras y eternas,
enfrentado a mi soledad y a mi desvelo,
solo con tu imagen en mi mente.
No me pidas que no te abrace y te bese
cuando contigo sueñe.
No me pidas
que no pronuncie tu nombre
y les cuente a los caminos,
que te extraño, ¡qué no te olvido!
Que te amo más cada día.
Que la nostalgia me atrapa
cuando te pienso,
y arde de mi alma su herida.
Es que te quiero aquí conmigo,
amada mía.
Por eso, que deje de amarte y que te olvide…
¡No me lo pidas!
Jacob Neruda Unamuno
Chile
Derechos reservados
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