Renaciendo
Poema publicado el 30 de Septiembre de 2014
RENACIENDO
¿Qué le pasa al amor?
Cuando han pasado los años.
¿Donde está la ternura de tus manos?
¿En qué rincón de la vida
quedó atorada la magia de aquel verano
y el sortilegio de tus pupilas?
Acaso olvidaste el mar, la playa,
la luna y las estrellas…
Acaso olvidaste nuestro nido de arena.
O será que el mar ya no nos quiere como antes…
Que ya no nos llama con sus olas,
como llama a los amantes
O será el tiempo que pasa y no avisa
borrando los caminos,
como borró nuestro sendero
tapizado de besos y caricias;
de ilusiones y sueños,
por donde transitó tu adolescencia
y mi juventud sin prisa.
Y al final dejamos
que la niebla de los años
difumine la esencia de ese amor primero,
de ese amor bello y mágico,
e incinere nuestros sueños
esparciendo sus cenizas
por ese sendero maravilloso y aventurero
que ahora ha cubierto la maleza del olvido,
al hacerse escasos los abrazos y los besos.
Por todo esto,
compañera de éstos nuevos días...
Reabramos los caminos
y vayamos reviviendo los colores de la vida...
Juguemos a que somos novios
en este presente esquivo
desafiando la realidad
que en este momento vivimos.
Encarcelemos el tiempo
y atrapemos en nuestras manos
una caricia, un te quiero,
un te amo
y la magia de un nuevo verano.
Descorramos las cortinas
de esta austera vida
apretada de adultez
y embriaguémonos de amor...,
burlándonos del tiempo,
del calendario y del reloj.
Jacob Neruda Unamuno
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Poema publicado el 30 de Septiembre de 2014
RENACIENDO
¿Qué le pasa al amor?
Cuando han pasado los años.
¿Donde está la ternura de tus manos?
¿En qué rincón de la vida
quedó atorada la magia de aquel verano
y el sortilegio de tus pupilas?
Acaso olvidaste el mar, la playa,
la luna y las estrellas…
Acaso olvidaste nuestro nido de arena.
O será que el mar ya no nos quiere como antes…
Que ya no nos llama con sus olas,
como llama a los amantes
O será el tiempo que pasa y no avisa
borrando los caminos,
como borró nuestro sendero
tapizado de besos y caricias;
de ilusiones y sueños,
por donde transitó tu adolescencia
y mi juventud sin prisa.
Y al final dejamos
que la niebla de los años
difumine la esencia de ese amor primero,
de ese amor bello y mágico,
e incinere nuestros sueños
esparciendo sus cenizas
por ese sendero maravilloso y aventurero
que ahora ha cubierto la maleza del olvido,
al hacerse escasos los abrazos y los besos.
Por todo esto,
compañera de éstos nuevos días...
Reabramos los caminos
y vayamos reviviendo los colores de la vida...
Juguemos a que somos novios
en este presente esquivo
desafiando la realidad
que en este momento vivimos.
Encarcelemos el tiempo
y atrapemos en nuestras manos
una caricia, un te quiero,
un te amo
y la magia de un nuevo verano.
Descorramos las cortinas
de esta austera vida
apretada de adultez
y embriaguémonos de amor...,
burlándonos del tiempo,
del calendario y del reloj.
Jacob Neruda Unamuno
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