2 votos
1 visitas/día
5070 dias online

Me pediste que te abrazara y te dije que no lo haría. - Poemas de Jesús Brilanti Torres



Poemas » jesus brilanti torres » me pediste que te abrazara y te dije que no lo haria




Me pediste que te abrazara y te dije que no lo haría.
Poema publicado el 27 de Marzo de 2010

Justo fue ayer, me pediste que te abrazara y te dije que no lo haría;
entré desesperado, al borde del llanto, después de que ella se marchó,
te acercaste y lamiste mis manos, detuviste el dolor, no brotaron las lágrimas;
me veías, con tanta ternura, o tal vez con pena, que sé yo,
nunca lo sabré; lo único que me llevo
es que me pediste que te abrazara
como a veces lo hacía. ¡Te agradaba tanto!
Te levantaba entre mis brazos, te acurrucaba en mi pecho
mientras atenta me mirabas, como tú lo sabías hacer,
con ese par de ojos negros, después me enseñabas la lengua,
y ayer, justo ayer cuando me sentía tan solo
me pediste que te abrazara, no lo hice y te dije que no lo haría,
así, así de soberbio como siempre lo he sido,
brincabas, saltabas como pidiéndome lo hiciera, y
no lo hice;  ahora pienso, ya jamás lo haré,
¿y quién demonios iba a saber sería la última ocasión?
Me sentía verdaderamente tan mal ayer, y tú intentaste
que se desvaneciera el sufrimiento;
por la noche te empujé cuando no dejabas comer en paz
a la gata, lo hice tan fuerte
que te diste un golpe en la cabeza sobre la estufa,
pero como siempre, no me hiciste caso,
como que tú todo me perdonabas;
aún aquel día cuando recién llegaste
y dormías sobre mi pecho, ¿te acuerdas?
te desperté, y reaccionaste tan violenta
que sangré; me espantaste, y yo te grité,
lo hice tan fuerte que corriste buscando
alejarte tan lejos, pero sólo alcanzaste la oscuridad
debajo de la cama; tardaste en salir horas
hasta que yo mismo fui y te busqué,
siempre fue tu lugar favorito
para escapar de los gritos, de los regaños, de nuestras rabias;
la familia rabiosa, venenosa a donde llegaste;
mira que cruzar al país para llegar a esta casa de locos,
y entre la mirada de ellos te desvaneciste,
miré tu último suspiro, y se me quedó atorado a media garganta,
tanto así que no te pude llorar en el instante
en el que fui testigo de cómo se extinguió tu luz;
no te voy a pedir perdón por el día de ayer,
me lo llevo aquí, como un yugo a mi colección
de mal sabores, quiero que me duela,
quiero que se trasmine por mi tortuosa alma;
ingeriste el veneno para ratas, yo ingiero el remordimiento
de haberte negado los brazos, de haberte empujado
justo ayer en la noche sin importar más que mi dolor.
Justamente ayer mientras en un sillón abrazaba
a la mujer que siento amar, tú acostada frente a nosotros
nos veías tan atenta, y
miré tu mirada tan triste, más de lo normal,
pero me mirabas como despidiéndote, y no supe porqué;
pero duérmete ya, ahora y para siempre,
nadie te habrá de despertar, ni los gritos, ni los maullidos,
ni los ladridos de los del patio, mucho menos mis lamentos,
duérmete ya Pulga, bastante te ha dolido ya.

La Pulga, dejó de existir el lunes 24 de septiembre del 2007 entre los brazos de mi padre alrededor de las diez de la mañana después de haber ingerido veneno.

Jesús Brilanti T.


¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.




 Compartir
Redes sociales
Facebook Twitter Google Bookmark MySpace Fresqui Meneame