Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
De tierra fresca eres: En la noche
me hueles a terreno trabajado.
Tu olor de tierra en celo se me acerca
y me navega el cuerpo como un barco.
Olor a entraña viva, a tierra joven
cruzada de raÃces como brazos.
Conozco bien tu olor. Lo reconozco
como casa que yo siempre habitara.
Palpo tu olor lo mismo que una fruta
y sé de que regiones se te escapa.
Huelen a tierra húmeda tus ojos.
Huelen a tierra fresca tus espaldas.
Huelen a tierra negra tus cabellos.
A tierra sembradÃa huele tu alma.
A tierra fertilÃsima tu vientre.
Tu boca a tierra de caverna cálida.
A tierra florecida tus dos pechos.
Huele tu pubis como tierra arada.
Por tu voy a ti y eres entonces
mi tierra más cercana y más querida.
Te siembro la semilla de mi beso,
la semilla infantil de mi alegrÃa
y juntos somos una yunta alegre:
la tierra fresca tú. La tierra viva;
yo el sembrador que siembra entusiasmado
y acaba él mismo haciéndose semilla.
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