Rosas
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
En la sala tranquila
cuyo reloj austero derrama
un tiempo ya sin aventuras ni asombro
sobre la decente blancura
que amortaja la pasi贸n roja de la caoba,
alguien, como reproche cari帽oso,
pronunci贸 el nombre familiar y temido.
La imagen del tirano
abarrot贸 el instante,
no clara como un m谩rmol en la tarde,
sino grande y umbr铆a
como la sombra de una monta帽a remota
y conjeturas y memorias
sucedieron a la menci贸n eventual
como un eco insondable.
Famosamente infame
su nombre fue desolaci贸n en las casas,
idol谩trico amor en el gauchaje
y horror del tajo en la garganta.
Hoy el olvido borra su censo de muertes,
porque son venales las muertes
si las pensamos como parte del Tiempo,
esa inmortalidad infatigable
que anonada con silenciosa culpa las razas
y en cuya herida siempre abierta
que el 煤ltimo dios habr谩 de resta帽ar el 煤ltimo d铆a,
cabe toda la sangre derramada.
No s茅 si Rosas
fue s贸lo un 谩vido pu帽al como los abuelos dec铆an;
creo que fue como t煤 y yo
un hecho entre los hechos
que vivi贸 en la zozobra cotidiana
y dirigi贸 para exaltaciones y penas
la incertidumbre de otros.
Ahora el mar es una larga separaci贸n
entre la ceniza y la patria.
Ya toda vida, por humilde que sea,
puede pisar su nada y su noche.
Ya Dios lo habr谩 olvidado
y es menos una injuria que una piedad
demorar su infinita disoluci贸n
con limosnas de odio.
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
En la sala tranquila
cuyo reloj austero derrama
un tiempo ya sin aventuras ni asombro
sobre la decente blancura
que amortaja la pasi贸n roja de la caoba,
alguien, como reproche cari帽oso,
pronunci贸 el nombre familiar y temido.
La imagen del tirano
abarrot贸 el instante,
no clara como un m谩rmol en la tarde,
sino grande y umbr铆a
como la sombra de una monta帽a remota
y conjeturas y memorias
sucedieron a la menci贸n eventual
como un eco insondable.
Famosamente infame
su nombre fue desolaci贸n en las casas,
idol谩trico amor en el gauchaje
y horror del tajo en la garganta.
Hoy el olvido borra su censo de muertes,
porque son venales las muertes
si las pensamos como parte del Tiempo,
esa inmortalidad infatigable
que anonada con silenciosa culpa las razas
y en cuya herida siempre abierta
que el 煤ltimo dios habr谩 de resta帽ar el 煤ltimo d铆a,
cabe toda la sangre derramada.
No s茅 si Rosas
fue s贸lo un 谩vido pu帽al como los abuelos dec铆an;
creo que fue como t煤 y yo
un hecho entre los hechos
que vivi贸 en la zozobra cotidiana
y dirigi贸 para exaltaciones y penas
la incertidumbre de otros.
Ahora el mar es una larga separaci贸n
entre la ceniza y la patria.
Ya toda vida, por humilde que sea,
puede pisar su nada y su noche.
Ya Dios lo habr谩 olvidado
y es menos una injuria que una piedad
demorar su infinita disoluci贸n
con limosnas de odio.
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Poemas de San Valent韓 o
D韆 de los Enamorados
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Poemas de Navidad
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Infantiles
Perd髇
Religiosos
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