!este oficio de poeta!
Poema publicado el 24 de Junio de 2009
¡ESTE OFICIO DE POETA!
¡Qué difícil este oficio de poeta!,
que debe expresar en una frase
sentimientos que el filósofo avezado
define en montones de cuartillas.
¡Qué osada la existencia del poeta!,
que une ambos hemisferios del cerebro
en la simultaneidad del arte y la palabra:
A veces esas manos que se agitan
balbuceando versos en el cuaderno taciturno
parecen ajenas y no las reconoce.
A veces sus labios hablan por los otros
que no saben describirnos su dolor
o la cruenta pasión que los ahoga.
En ocasiones se escapa de su mente
un lamento o apenas un suspiro,
entonces lo graban sus venas en la hoja,
buscando que perduren las palabras
y sean revividas por los ojos de lectores.
Sólo el poeta puede plasmar el fuego
que bulle incontenible entre la mente,
sin descifrar si fue sueño inverosímil
o realidad que de golpe se frustró.
Si hasta la frágil pluma del
canario que ávido cantaba
es motivo de muchas elegías,
¿qué diremos entonces,
cuando lo asombra el mundo?
¡Qué extraño este sentimiento de poeta!,
que llora sabiendo que sus lágrimas
apenas son placebo a la constante soledad
que siempre acompaña su existencia.
Y el poeta ha de continuar sufriendo
porque no ha de redimir su oficio,
¡ni ha de vencer sus propios miedos!
De: EVOLUCIÓN DE LOS OFICIOS
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Poema publicado el 24 de Junio de 2009
¡ESTE OFICIO DE POETA!
¡Qué difícil este oficio de poeta!,
que debe expresar en una frase
sentimientos que el filósofo avezado
define en montones de cuartillas.
¡Qué osada la existencia del poeta!,
que une ambos hemisferios del cerebro
en la simultaneidad del arte y la palabra:
A veces esas manos que se agitan
balbuceando versos en el cuaderno taciturno
parecen ajenas y no las reconoce.
A veces sus labios hablan por los otros
que no saben describirnos su dolor
o la cruenta pasión que los ahoga.
En ocasiones se escapa de su mente
un lamento o apenas un suspiro,
entonces lo graban sus venas en la hoja,
buscando que perduren las palabras
y sean revividas por los ojos de lectores.
Sólo el poeta puede plasmar el fuego
que bulle incontenible entre la mente,
sin descifrar si fue sueño inverosímil
o realidad que de golpe se frustró.
Si hasta la frágil pluma del
canario que ávido cantaba
es motivo de muchas elegías,
¿qué diremos entonces,
cuando lo asombra el mundo?
¡Qué extraño este sentimiento de poeta!,
que llora sabiendo que sus lágrimas
apenas son placebo a la constante soledad
que siempre acompaña su existencia.
Y el poeta ha de continuar sufriendo
porque no ha de redimir su oficio,
¡ni ha de vencer sus propios miedos!
De: EVOLUCIÓN DE LOS OFICIOS
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