A paso lento por la guardarraya
Poema publicado el 18 de Mayo de 2013
Dedicado a los campesinos,a los que labran la tierra.
A paso lento por la guardarraya va el campesino en su calma,
Cuando apenas el sol se asoma entre las matas, al borde de una cañada,Mientras los pajaritos se despiertan, ya va el con su sombrero de guano,Y su camisa que el viento a ratos le levanta, pensando en la tierra y sus frutos, Los que tendrá que cosechar hoy a golpe de sudor y de esperanza.
Va caminando ligero, evitando el fango en sus botas al despuntar la mañana,Alguien lo saluda desde un tractor y lo invita a dejarlo cerca de su casa,Pero el dice que no, que hoy quiere caminar solo por la guardarraya,Quiere sentir la brisa fresca en su rostro, disfrutar del amanecer,Del canto del tomeguín, del sinsonte, sentir los ruidos del monte.
Hoy quiere meditar antes de empezar a labrar la tierra que a diario le llama,Quiere saber si hoy va a estar cosechando los tomates o tal vez las guayabas,O va a preparar la yunta de buey para arar la parcela más agreste y lejana,Aunque seguro se va a poner a escaldar un poco, con ayuda de la guataca.
Ya casi que va llegando al surco sudando después de esquivar una cañada,Allí al lado del cañaveral esta su terreno de tierra, donde se acaban las guasimas,Hasta que llega a su casa de campo al fondo donde guarda sus herramientas,Y cuando el hambre le aprieta cocina algo de arroz y de viandas.
Se decide al fin, dice que hoy va a doblar el lomo y va usar la guataca,El platanal esta enyerbado, necesita estar limpio que pronto hay cosecha,Y quiere que los racimos de plátano le salgan grandes fuertes y con ganas.
Y así pasa toda la mañana trabajando hasta que el cansancio lo vence,
Al punto que suelta su utensilio en el medio del surco y toma un poco de agua,Sigue pensando el campesino en sus cultivos que por labrar le faltan,Se arrima a un árbol de ceiba, por momentos cree que las fuerzas no le alcanzan.
Dice que mejor es dejar de arar la tierra y empezar a criar cochinos en una granja,Pero ya eso lo ha pensado mil veces y nunca va dejar de atender su tierra santa,Donde cosecha los frutos que esta con su tesón le depara, ya no tiene marcha atrás,El cultivo de su tierra se le ha metido en el alma.
Ya tarde, la noche casi que a la puerta llama, el campesino recoge sus cosas,Y a paso lento regresa a su pueblo, para volver mañana a su tierra que ama,Por el mismo camino de todos los días,
por la guardarraya.
Autor: Jorge Serra Colina.
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Poema publicado el 18 de Mayo de 2013
Dedicado a los campesinos,a los que labran la tierra.
A paso lento por la guardarraya va el campesino en su calma,
Cuando apenas el sol se asoma entre las matas, al borde de una cañada,Mientras los pajaritos se despiertan, ya va el con su sombrero de guano,Y su camisa que el viento a ratos le levanta, pensando en la tierra y sus frutos, Los que tendrá que cosechar hoy a golpe de sudor y de esperanza.
Va caminando ligero, evitando el fango en sus botas al despuntar la mañana,Alguien lo saluda desde un tractor y lo invita a dejarlo cerca de su casa,Pero el dice que no, que hoy quiere caminar solo por la guardarraya,Quiere sentir la brisa fresca en su rostro, disfrutar del amanecer,Del canto del tomeguín, del sinsonte, sentir los ruidos del monte.
Hoy quiere meditar antes de empezar a labrar la tierra que a diario le llama,Quiere saber si hoy va a estar cosechando los tomates o tal vez las guayabas,O va a preparar la yunta de buey para arar la parcela más agreste y lejana,Aunque seguro se va a poner a escaldar un poco, con ayuda de la guataca.
Ya casi que va llegando al surco sudando después de esquivar una cañada,Allí al lado del cañaveral esta su terreno de tierra, donde se acaban las guasimas,Hasta que llega a su casa de campo al fondo donde guarda sus herramientas,Y cuando el hambre le aprieta cocina algo de arroz y de viandas.
Se decide al fin, dice que hoy va a doblar el lomo y va usar la guataca,El platanal esta enyerbado, necesita estar limpio que pronto hay cosecha,Y quiere que los racimos de plátano le salgan grandes fuertes y con ganas.
Y así pasa toda la mañana trabajando hasta que el cansancio lo vence,
Al punto que suelta su utensilio en el medio del surco y toma un poco de agua,Sigue pensando el campesino en sus cultivos que por labrar le faltan,Se arrima a un árbol de ceiba, por momentos cree que las fuerzas no le alcanzan.
Dice que mejor es dejar de arar la tierra y empezar a criar cochinos en una granja,Pero ya eso lo ha pensado mil veces y nunca va dejar de atender su tierra santa,Donde cosecha los frutos que esta con su tesón le depara, ya no tiene marcha atrás,El cultivo de su tierra se le ha metido en el alma.
Ya tarde, la noche casi que a la puerta llama, el campesino recoge sus cosas,Y a paso lento regresa a su pueblo, para volver mañana a su tierra que ama,Por el mismo camino de todos los días,
por la guardarraya.
Autor: Jorge Serra Colina.
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