Alguien me mira.
Poema publicado el 11 de Mayo de 2013
Alguien me mira y no eres tú,
Alguien escudriña en todos mis sentidos
Me pregunta si aun me recuerdas
Y si en las noches tengo hambre o
Si tal vez sienta algo de frio.
Alguien me mira y no eres tú,
Se me mete muy dentro en los oídos,
Atravesando entero mi cuerpo hasta llegar a mi mente
Eclipsando el más dulce de mis deseos, como un silbido
Casi sin pedir permiso, en las mañanas húmedas,
En que me recibe el roció, me advierte que te veré pronto,
Allí donde me abrazo esa brisa fresca, que me atrapo,
Que me rebelo el trinar suave del zorzal en su nido.
Alguien me mira en las aburridas tardes de domingo
Me seduce con sus gestos, con sus cantos, con su brillo
Que se resisten a que me envuelva el desgaste y el olvido.
Alguien me dice que no desmaye, que todavía estás conmigo,
Aunque los acontecimientos me quieran separar de tus labios,
Confió en la sensatez de tus cándidas promesas,
Y en la chispa que encendió el caudal de aquel rio.
Alguien me mira y no eres tú,
Hacen que te busque entre las flores,
En las montañas, en las lomas de arena y en el vacío,
En las calles en las que a diario transito,
Donde te busco sin hallar tus bellas formas o tu sonrisa
Y en las cuales solo encuentro ruidos.
Es el recuerdo de un beso apasionado,
Que ayer inundo mis salones más preciados,
Y hoy no quiero que se lo lleve el olvidó.
Ocupo lo más recóndito de mi mente,
Poniendo a prueba mi amor y mi tino
Hasta en mis salones más tristes se pasea,
En los cuales rezo por ti y por nuestro destino.
Incluso en mi espejo te busco con la esperanza,
De saber que aun vibra en tu alma aquel amor,
Que como un huracán nos atrapo como a dos niños.
Es ese beso de ensueño que ayer calmo mis ansias
Y hoy lucha porque sigas aquí sin miedo
En lo más hondo de mi ser y de mi alma,
Con el acelerado palpitar de tus latidos,
Con la ternura de tus caricias, con tus palabras.
Y para que finalmente vuelva yo a tus cálidos brazos,
Lugar donde siempre debí haber permanecido,
Allí donde tu hermosura alivio mis tristezas,
Donde siempre sentí que a pesar de todo alguien me ama.
Autor: Jorge Serra Colina.
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Poema publicado el 11 de Mayo de 2013
Alguien me mira y no eres tú,
Alguien escudriña en todos mis sentidos
Me pregunta si aun me recuerdas
Y si en las noches tengo hambre o
Si tal vez sienta algo de frio.
Alguien me mira y no eres tú,
Se me mete muy dentro en los oídos,
Atravesando entero mi cuerpo hasta llegar a mi mente
Eclipsando el más dulce de mis deseos, como un silbido
Casi sin pedir permiso, en las mañanas húmedas,
En que me recibe el roció, me advierte que te veré pronto,
Allí donde me abrazo esa brisa fresca, que me atrapo,
Que me rebelo el trinar suave del zorzal en su nido.
Alguien me mira en las aburridas tardes de domingo
Me seduce con sus gestos, con sus cantos, con su brillo
Que se resisten a que me envuelva el desgaste y el olvido.
Alguien me dice que no desmaye, que todavía estás conmigo,
Aunque los acontecimientos me quieran separar de tus labios,
Confió en la sensatez de tus cándidas promesas,
Y en la chispa que encendió el caudal de aquel rio.
Alguien me mira y no eres tú,
Hacen que te busque entre las flores,
En las montañas, en las lomas de arena y en el vacío,
En las calles en las que a diario transito,
Donde te busco sin hallar tus bellas formas o tu sonrisa
Y en las cuales solo encuentro ruidos.
Es el recuerdo de un beso apasionado,
Que ayer inundo mis salones más preciados,
Y hoy no quiero que se lo lleve el olvidó.
Ocupo lo más recóndito de mi mente,
Poniendo a prueba mi amor y mi tino
Hasta en mis salones más tristes se pasea,
En los cuales rezo por ti y por nuestro destino.
Incluso en mi espejo te busco con la esperanza,
De saber que aun vibra en tu alma aquel amor,
Que como un huracán nos atrapo como a dos niños.
Es ese beso de ensueño que ayer calmo mis ansias
Y hoy lucha porque sigas aquí sin miedo
En lo más hondo de mi ser y de mi alma,
Con el acelerado palpitar de tus latidos,
Con la ternura de tus caricias, con tus palabras.
Y para que finalmente vuelva yo a tus cálidos brazos,
Lugar donde siempre debí haber permanecido,
Allí donde tu hermosura alivio mis tristezas,
Donde siempre sentí que a pesar de todo alguien me ama.
Autor: Jorge Serra Colina.
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