Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Ella no fue entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más, y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene mas reflejos.
Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.
Ella estuvo en mis brazos sin ser mÃa,
como el agua en un cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavÃa.
Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre la llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.
Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacÃo,
como el viento en las velas del navÃo,
como la luz en el espejo roto.
Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mÃa. No era la más bella.
Otras me amaron más ... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.
¿ Te gustó este poema? Compártelo: