Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde habÃa una flor.
Tú sabes que te quiero, pero no te lo digo;
y yo sé que eres mÃa, sin ser mÃo tu amor.
La vida nos acerca y a la vez nos separa,
como el dÃa y la noche en el amanecer...
Mi corazón sediento ansÃa tu agua clara,
pero es un agua ajena que no debo beber...
Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo,
nunca te vas del todo, como una cicatriz;
y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo,
pues al perder la espiga retiene la raÃz.
Tu amor es como un rÃo, que parece más hondo,
inexplicablemente, cuando el agua se va.
Y yo estoy en la orilla, pero mirando al fondo,
pues tu amor y la muerte tienen un más allá.
Para un deseo asÃ, toda la vida es poca;
toda la vida es poca para un ensueño asÃ...
Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... ¡pero pensando en mÃ!
¿ Te gustó este poema? Compártelo: