Confesión
Poema publicado el 26 de Agosto de 2010
CONFESIÓN
Amigo mío, subyacen las diferencias,
el egoísmo y la envidia proliferan en sociedad,
tu esposa es doña la mía señora,
tu borrachera ebriedad la mía alcoholismo,
la tuya jaqueca, mal de testa la mía,
implícita la hipocresía, acechando la maldad;
amigo mío, yo no disimulo,
tus posaderas las llaman pompis
y, cosa curiosa, las mías se llaman…culo.
Y a ti amiga te digo:
solo son dulces tus caricias en la oscuridad,
a plena luz me fastidian por desvestirse
de complicidad en tu adulterio,
ya ves, hasta parezco político:
mentiroso, cínico, corrompido,
ayudándote a engañar a tu marido
desvelado por complacerte,
y en ese juego para ti soy refrigerio,
tú para mí opípara cena.
A ti enemigo, te compadezco,
tus guerras no podrán doblegar
mis recias ansias de lucha;
tus maledicencias, tu falso testimonio
ninguna mella causan en mi reputación;
tú te marchitas, yo florezco como loto sobre el fango,
Y en mi tienda sentado permanezco
aguardando ver pasar tu cadáver, y no necesitas morir,
para mí estás muerto; tú con la mediocridad
contrajiste matrimonio, yo me divorcié de la malsana pasión
y mis fuerzas las reservo para una flor de piel casta;
habla, habla de mi cobarde desgraciado, víbora abominable,
alimaña réproba, perversa hiena,
acrecienta mi importancia;
desdentado león, para luchar he nacido.
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Poema publicado el 26 de Agosto de 2010
CONFESIÓN
Amigo mío, subyacen las diferencias,
el egoísmo y la envidia proliferan en sociedad,
tu esposa es doña la mía señora,
tu borrachera ebriedad la mía alcoholismo,
la tuya jaqueca, mal de testa la mía,
implícita la hipocresía, acechando la maldad;
amigo mío, yo no disimulo,
tus posaderas las llaman pompis
y, cosa curiosa, las mías se llaman…culo.
Y a ti amiga te digo:
solo son dulces tus caricias en la oscuridad,
a plena luz me fastidian por desvestirse
de complicidad en tu adulterio,
ya ves, hasta parezco político:
mentiroso, cínico, corrompido,
ayudándote a engañar a tu marido
desvelado por complacerte,
y en ese juego para ti soy refrigerio,
tú para mí opípara cena.
A ti enemigo, te compadezco,
tus guerras no podrán doblegar
mis recias ansias de lucha;
tus maledicencias, tu falso testimonio
ninguna mella causan en mi reputación;
tú te marchitas, yo florezco como loto sobre el fango,
Y en mi tienda sentado permanezco
aguardando ver pasar tu cadáver, y no necesitas morir,
para mí estás muerto; tú con la mediocridad
contrajiste matrimonio, yo me divorcié de la malsana pasión
y mis fuerzas las reservo para una flor de piel casta;
habla, habla de mi cobarde desgraciado, víbora abominable,
alimaña réproba, perversa hiena,
acrecienta mi importancia;
desdentado león, para luchar he nacido.
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