Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Yo me estava reposando,
durmiendo como solÃa.
Recordé, triste, llorando
con gran pena que sentÃa.
Levantéme muy sin tiento
de la cama en que dormÃa,
cercado de pensamiento,
que valer no me podÃa.
Mi pasión era tan fuerte
que de mà yo no sabÃa.
Conmigo estava la Muerte
por tenerme compañÃa.
Lo que más me fatigava
no era porque murÃa,
mas era porque dexava
de servir a quien servÃa.
ServÃa yo una señora
que más que a mà la querÃa,
y ella fue la causadora
de mi mal sin mejorÃa.
La media noche passada,
ya que era cerca el dÃa,
salÃme de mi posada
por ver si descansarÃa.
Fui para donde morava
aquella que más querÃa,
por quien yo triste penava,
mas ella no parecÃa.
Andando todo turbado
con las ansias que tenÃa,
vi venir a mi Cuidado
dando bozes, y dezÃa:
«Si dormÃs, linda señora,
recordad por cortesÃa,
pues que fuestes causadora
de la desventura mÃa.
Remediad mi gran tristura,
satisfazed mi porfÃa,
porque si falta ventura
del todo me perderÃa.»
Y con mis ojos llorosos,
un triste llanto hazÃa
con sospiros congoxosos,
y nadie lo parecÃa.
En estas cuitas estando,
como vi que esclarecÃa,
a mi casa sospirando
me bolvà sin alegrÃa.
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