Desespero inminente
Poema publicado el 09 de Diciembre de 2008
Siempre me despierto en un sosiego de fe permitiéndome en mi dolor creer que te tengo, creer que no te fuiste, creer que no te esfume de mi mundo y entonces entender que difícilmente existe fe donde un sin número de sentimientos vestidos de negro pretenden resistir vivos en un cielo donde no existe oxigeno.
En los momentos en que fluye todos mis sueños me inspiro en montones de segundos erróneos, donde precise que el iris tienen múltiples colores pero que tristemente se torno oscuro y reflexione que todo triste dolor tiene un consuelo pero que cinco mil inconvenientes que yo mismo impregne en mi sustento de esos segundos erróneos pudieron que mi súper yo colme de rencor todo lo que tuve por un tonto sentimiento, el inserto de tu entorno en mi entorno.
Recuerdo el mismísimo y estúpido sufrimiento florecido sobre helechos sucios, hirviendo por el sol, poseyendo el museo de mis intereses egocéntricos, rompiendo tejidos de miedo. Como siempre pude y deje que ese deleite de espíritu lleno de desinterés por mí, pudiese tenerme como un siervo rendido en ilustres deseos feos e ilusos de un supuesto religioso por simplemente conseguir un querer.
Ciertos minutos jure querer ese tierno y dulce regocijo, por un solo intento de ilusión jure permitirme enloquecerme, pero bruto mi querer, poseído yo por que opte por beber un poco de ti, sxo sin querer, mejor no querer decidí, tonto mi súper yo por depender de un roto y hueco merito, tonto y estúpido por seducirme por tus bulos, pereciendo por un sujeto pobre, con sentimientos biches y sin futuro.
Un hombre solo como yo, querer morir es su primer inspiro, por no ser correspondido, por no ser entendido, que un querer no supone ni constituye nexo en el mundo, si bien obtuviste lo que quisiste sujeto iluso, te convertiste en desconsuelo, te convertiste en negro, te convertiste en rincones sin recursos, en rincones sin gorritos de mujer lucero, rompiste todo interés; hoy en el presente me pongo de convite, hoy no soy tu siervo, hoy no soy minutos ni segundos, soy un completo sustento lleno de contento, soy un tren con millones de gestos tiernos y en conclusión soy todo un mundo con un querer presumido y vistoso.
Poema publicado el 09 de Diciembre de 2008
Siempre me despierto en un sosiego de fe permitiéndome en mi dolor creer que te tengo, creer que no te fuiste, creer que no te esfume de mi mundo y entonces entender que difícilmente existe fe donde un sin número de sentimientos vestidos de negro pretenden resistir vivos en un cielo donde no existe oxigeno.
En los momentos en que fluye todos mis sueños me inspiro en montones de segundos erróneos, donde precise que el iris tienen múltiples colores pero que tristemente se torno oscuro y reflexione que todo triste dolor tiene un consuelo pero que cinco mil inconvenientes que yo mismo impregne en mi sustento de esos segundos erróneos pudieron que mi súper yo colme de rencor todo lo que tuve por un tonto sentimiento, el inserto de tu entorno en mi entorno.
Recuerdo el mismísimo y estúpido sufrimiento florecido sobre helechos sucios, hirviendo por el sol, poseyendo el museo de mis intereses egocéntricos, rompiendo tejidos de miedo. Como siempre pude y deje que ese deleite de espíritu lleno de desinterés por mí, pudiese tenerme como un siervo rendido en ilustres deseos feos e ilusos de un supuesto religioso por simplemente conseguir un querer.
Ciertos minutos jure querer ese tierno y dulce regocijo, por un solo intento de ilusión jure permitirme enloquecerme, pero bruto mi querer, poseído yo por que opte por beber un poco de ti, sxo sin querer, mejor no querer decidí, tonto mi súper yo por depender de un roto y hueco merito, tonto y estúpido por seducirme por tus bulos, pereciendo por un sujeto pobre, con sentimientos biches y sin futuro.
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