Nada se oye
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
The abandoned ruins of the dreams I left behind.
De una canción popular inglesa.
¿Estuve sola
a través de los tiempos y los grupos
dorados del otoño, a través de la sombra
del árbol en el agua
inquieta o dura, y más y más allá?
¿Fui o fuimos hablando entre la niebla
que fingÃa triunfantes
contornos a mi lado: un rostro puro
muy extraño en su noche, con los signos
de un idioma remoto en su frente, en su boca?
¿Yo le hablaba a la niebla y a la sombra
o es que alguien me oÃa?
¿OÃa alguien?
La respuesta, ¿era una voz o el viento?
Era una voz ¿o el agua
salvaje de ese rÃo cruel y poderoso
que el amor no conoce?
Nada se oye.
En la casa vacÃa, las preguntas -los pájaros-
se estrellan, silenciosas, contra el muro
y una muy tierna gota de sangre sustituye
a la huella del ala en el cemento.
Un instante fue el roce y destruidas
una a una se ocultan.
El silencio, ¿no es mucho para cada criatura?
La eternidad es sólo un peligro invisible
porque las roncas voces de la montaña claman
por los cuerpos perdidos que hablaron a las sombras.
Nada se oye.
Pero entonces, ¿me oÃa?
El silencio es como una eternidad sin fondo,
sin principio: una espalda
a la vida, a los hombres.
Para después no quiero contestación ninguna.
Es aquà donde tuve la urgencia de saberlo.
Oh sÃ, ya nada se oye.
Pero entonces, ¿me oÃa?
De "Poemas de Cherry Lane", 1968
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
The abandoned ruins of the dreams I left behind.
De una canción popular inglesa.
¿Estuve sola
a través de los tiempos y los grupos
dorados del otoño, a través de la sombra
del árbol en el agua
inquieta o dura, y más y más allá?
¿Fui o fuimos hablando entre la niebla
que fingÃa triunfantes
contornos a mi lado: un rostro puro
muy extraño en su noche, con los signos
de un idioma remoto en su frente, en su boca?
¿Yo le hablaba a la niebla y a la sombra
o es que alguien me oÃa?
¿OÃa alguien?
La respuesta, ¿era una voz o el viento?
Era una voz ¿o el agua
salvaje de ese rÃo cruel y poderoso
que el amor no conoce?
Nada se oye.
En la casa vacÃa, las preguntas -los pájaros-
se estrellan, silenciosas, contra el muro
y una muy tierna gota de sangre sustituye
a la huella del ala en el cemento.
Un instante fue el roce y destruidas
una a una se ocultan.
El silencio, ¿no es mucho para cada criatura?
La eternidad es sólo un peligro invisible
porque las roncas voces de la montaña claman
por los cuerpos perdidos que hablaron a las sombras.
Nada se oye.
Pero entonces, ¿me oÃa?
El silencio es como una eternidad sin fondo,
sin principio: una espalda
a la vida, a los hombres.
Para después no quiero contestación ninguna.
Es aquà donde tuve la urgencia de saberlo.
Oh sÃ, ya nada se oye.
Pero entonces, ¿me oÃa?
De "Poemas de Cherry Lane", 1968
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Poemas de Cumpleaños
Poemas de San ValentÃn o
DÃa de los Enamorados
Poemas del DÃa de la Mujer
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Poemas del DÃa de los Padres
Poemas de Navidad
Poemas de Halloween
Infantiles
Perdón
Religiosos
Tristeza y Dolor
Desamor
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