Poema triste
Poema publicado el 23 de Julio de 2010
Regresé a mi pueblo...
con una herida en lo más profundo de mi alma,
que me arrancaba la vida
y me robaba la calma.
Regresé, en busca del amor,
en busca de la esencia milagrosa,
para curar el dolor
que marchitaba mi tierna rosa.
Regresé en busca de la flor bendita
que iluminó mi vida el día que la conocí,
y borró de mi nobleza la flor marchita
cuando se enamoró de mí.
Pero ahora...¡que locura!
¡No es posible esta incertidumbre!
Que me envenena con amargura.
Siento el fuego abrazarme el alma
me quema y la sangre hierve,
como lava que va brotando
de lo profundo del volcán
arrasando...
con todo lo que encuentra a su paso
y convirtièndolo en cenizas.
No es posible...¡oh Señor!
Que yo viva esta desdicha,
que está engendrada en odio
y perturbada de dolor.
Cada vez que medito
cada vez que en ti pienso,
y al saber que ella está con mi mejor amigo,
las lágrimas brotan de mis ojos...
como agua cristalina
que fluye en el arroyuelo,
como aire silencioso...
que se quebranta en el espacio.
Trayendo penas y llanto.
Penas me consumen hasta el cansancio.
¿Qué será ahora de mi vida?
Sin tener un amor que me quiera.
No existe en mi alma una ilusión,
para conquistar a otro amor,
solo quiero olvidar y sanar este dolor.
Hoy me voy de mi pueblo,
con mi corazón herido y la vida destrozada.
Acompañado por una negra sombra
que va detrás de mi por el mundo.
Llenándome desolación...abrigado en la falsedad.
Julio Medina
1968
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Poema publicado el 23 de Julio de 2010
Regresé a mi pueblo...
con una herida en lo más profundo de mi alma,
que me arrancaba la vida
y me robaba la calma.
Regresé, en busca del amor,
en busca de la esencia milagrosa,
para curar el dolor
que marchitaba mi tierna rosa.
Regresé en busca de la flor bendita
que iluminó mi vida el día que la conocí,
y borró de mi nobleza la flor marchita
cuando se enamoró de mí.
Pero ahora...¡que locura!
¡No es posible esta incertidumbre!
Que me envenena con amargura.
Siento el fuego abrazarme el alma
me quema y la sangre hierve,
como lava que va brotando
de lo profundo del volcán
arrasando...
con todo lo que encuentra a su paso
y convirtièndolo en cenizas.
No es posible...¡oh Señor!
Que yo viva esta desdicha,
que está engendrada en odio
y perturbada de dolor.
Cada vez que medito
cada vez que en ti pienso,
y al saber que ella está con mi mejor amigo,
las lágrimas brotan de mis ojos...
como agua cristalina
que fluye en el arroyuelo,
como aire silencioso...
que se quebranta en el espacio.
Trayendo penas y llanto.
Penas me consumen hasta el cansancio.
¿Qué será ahora de mi vida?
Sin tener un amor que me quiera.
No existe en mi alma una ilusión,
para conquistar a otro amor,
solo quiero olvidar y sanar este dolor.
Hoy me voy de mi pueblo,
con mi corazón herido y la vida destrozada.
Acompañado por una negra sombra
que va detrás de mi por el mundo.
Llenándome desolación...abrigado en la falsedad.
Julio Medina
1968
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