Caminante de la noche
Poema publicado el 29 de Abril de 2025
CAMINANTE DE LA NOCHE
La niebla se disipa lentamente en la noche,
y el triste caminante,
sin apuros recorre las sombras,
no tiene un destino, sus pasos vagan,
y la niebla es como una sombra distorsionada.
Y la luz de un farol,
ilumina un poco su camino,
en la tenebrosa oscuridad,
y el misterioso personaje de la noche,
consume un cigarrillo,
y el humo dibuja figuras raras,
qué se confunden en lo gris de la niebla.
Siente un vacío en su alma,
como vacía está la noche,
hasta el cielo le ha negado ver las estrellas,
y una luna tenebrosa se esconde entre las nubes negras,
como su vida,
llena de oscuridad, llena de penas.
Arregla su viejo sombrero sobre su cara,
tratando de esconder un poco su mirada,
o tal vez una lágrima,
y sigue su caminar sin saber donde ir,
y la noche está muy fría,
y cala no en sus huesos,
sí, en su adolorida alma.
Y la niebla es como un fantasma,
que busca estremecer sus nervios,
pero su ansiedad es más fuerte que cualquier evento maléfico,
llega a una esquina,
y un universo de calles vacías,
se presentan en su vida.
Así es la vida de muchos caminantes,
andantes solitarios,
que amaron y no fueron amados,
que se enamoraban de los imposibles, muchos de amores ajenos,
y terminaron en un valle vacío.
Y los caminantes se pierden tras una esquina,
algunos se encontrarán con verdaderos amores,
otros se mezclarán con la niebla gris,
y se perderán en la ingratitud de la oscura noche.
ENRIQUE GINES A.
10/04/2025
@Derechos reservados
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Poema publicado el 29 de Abril de 2025
CAMINANTE DE LA NOCHE
La niebla se disipa lentamente en la noche,
y el triste caminante,
sin apuros recorre las sombras,
no tiene un destino, sus pasos vagan,
y la niebla es como una sombra distorsionada.
Y la luz de un farol,
ilumina un poco su camino,
en la tenebrosa oscuridad,
y el misterioso personaje de la noche,
consume un cigarrillo,
y el humo dibuja figuras raras,
qué se confunden en lo gris de la niebla.
Siente un vacío en su alma,
como vacía está la noche,
hasta el cielo le ha negado ver las estrellas,
y una luna tenebrosa se esconde entre las nubes negras,
como su vida,
llena de oscuridad, llena de penas.
Arregla su viejo sombrero sobre su cara,
tratando de esconder un poco su mirada,
o tal vez una lágrima,
y sigue su caminar sin saber donde ir,
y la noche está muy fría,
y cala no en sus huesos,
sí, en su adolorida alma.
Y la niebla es como un fantasma,
que busca estremecer sus nervios,
pero su ansiedad es más fuerte que cualquier evento maléfico,
llega a una esquina,
y un universo de calles vacías,
se presentan en su vida.
Así es la vida de muchos caminantes,
andantes solitarios,
que amaron y no fueron amados,
que se enamoraban de los imposibles, muchos de amores ajenos,
y terminaron en un valle vacío.
Y los caminantes se pierden tras una esquina,
algunos se encontrarán con verdaderos amores,
otros se mezclarán con la niebla gris,
y se perderán en la ingratitud de la oscura noche.
ENRIQUE GINES A.
10/04/2025
@Derechos reservados
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