Odio y deseos
Poema publicado el 08 de Septiembre de 2009
Y así... mi sonrisa, se desvanece junto con la suave brisa,
y un pensamiento se apodera de mi mente,
un pensamiento completamente diferente,
algo extraño, algo desconocido,
¿qué pasa? nunca lo había sentido.
Coloreo con rabia la sombra que sobre mi se esparce
¿podría mi pensamiento, como la luz, disiparse?
No logro comprender lo que hay en mi cabeza,
deseos ocultos y reprimidos, ¿acaso son bajeza?
Quisiera poder hablarle a mi mente
y decirle que se está volviendo imprudente,
y un suspiro brota de repente,
¿comprendo acaso que todo para mí está ausente?
Se me torna de color negro el alma
y poco a poco se aleja la calma.
¿Acaso puedo poner precio al pensamiento?
sonoro y silencioso, mi sentimiento.
Un grito maldiciente quiere arrancarse de mi garganta,
y un loco sueño está triste, y canta.
Sonoro silencio acompaña mi ensueño,
y no puedo gritar, aunque mucho me empeño...
Odio y deseos.
Muerte.
Sonámbula amiga,
codicio tu suerte
e imploro tenerte.
¡Maldito el presente!
¡Maldito el tiempo que ya es ausente!
y ¡maldito el tiempo que aún no se siente!
¡Maldita la gente,
que me corrompe la mente,
quisiera que sobre todos cayera la muerte;
Pero, ¿qué puedo hacer? más que maldecir.
Odio y deseos que no me atrevo a decir,
sólo espero que halla justicia en esta prostitutas vida,
porque la mía, a esta hora, ya está podrida.
estuardo.mendoza@hotmail.com, 26 de abril de 2006
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Poema publicado el 08 de Septiembre de 2009
Y así... mi sonrisa, se desvanece junto con la suave brisa,
y un pensamiento se apodera de mi mente,
un pensamiento completamente diferente,
algo extraño, algo desconocido,
¿qué pasa? nunca lo había sentido.
Coloreo con rabia la sombra que sobre mi se esparce
¿podría mi pensamiento, como la luz, disiparse?
No logro comprender lo que hay en mi cabeza,
deseos ocultos y reprimidos, ¿acaso son bajeza?
Quisiera poder hablarle a mi mente
y decirle que se está volviendo imprudente,
y un suspiro brota de repente,
¿comprendo acaso que todo para mí está ausente?
Se me torna de color negro el alma
y poco a poco se aleja la calma.
¿Acaso puedo poner precio al pensamiento?
sonoro y silencioso, mi sentimiento.
Un grito maldiciente quiere arrancarse de mi garganta,
y un loco sueño está triste, y canta.
Sonoro silencio acompaña mi ensueño,
y no puedo gritar, aunque mucho me empeño...
Odio y deseos.
Muerte.
Sonámbula amiga,
codicio tu suerte
e imploro tenerte.
¡Maldito el presente!
¡Maldito el tiempo que ya es ausente!
y ¡maldito el tiempo que aún no se siente!
¡Maldita la gente,
que me corrompe la mente,
quisiera que sobre todos cayera la muerte;
Pero, ¿qué puedo hacer? más que maldecir.
Odio y deseos que no me atrevo a decir,
sólo espero que halla justicia en esta prostitutas vida,
porque la mía, a esta hora, ya está podrida.
estuardo.mendoza@hotmail.com, 26 de abril de 2006
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