Llaman a la puerta, trae mi nombre...
Poema publicado el 22 de Febrero de 2013
Llaman a la puerta, trae mi nombre...
Es muy tarde. Respiro dejo. La noche la esconde.
La noche queda rota, no se mueve, solo mi nombre...
La ventana, triste y oscura, se moja y no hay lluvia
Una voz sin cuerpo, esconde sombras, rompe mi nombre.
Hace mucho tiempo..., y no la veo. Hace frío.
Un aire tirita hacia fuera, gime un frío hacia dentro.
Esta noche trae nieve, rasgará su alma el frío.
Mi nombre en su boca, en la puerta, pica, no llora.
Cariacontecida, la noche, ofrece un segundo, es un suspiro.
Llega al primer recuerdo, es baldío y yermo:
¡No amas si olvidas!. ¡Tengo sed!, así que amo y olvido.
Vendrás, aunque luego te lloren las entrañas. Y... esperó.
El firmamento lo vio, sollozó y cien veces renegó.
El amor y él ni se conocen, no cruzan ni palabra.
Ella lo llamaba y nunca le acompañaba.
Yo soy el que te cuidará, un momento, siempre roto.
Todo sentimiento jugara contigo, pero conmigo olvidara.
Ya descansaba en mis ojos, se engañaba tras mis palabras.
Una vez la llene de contenta, otro día le vacié los sentidos.
Su cuerpo no encontró sitio. Sólo le acompaña un silencio.
Hoy, repica mi nombre tras la puerta, una lágrima en busca de alma.
La puerta quiere reventar. La ventana abrirse en par.
Pero es noche de frío. Mi boca esconde el nombre.
Ella no tendrá vida en la tierra, yo jamás descanso, no habrá cielo.
Llaman a la puerta, trae mi nombre...
Luis Ezquerra
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Poema publicado el 22 de Febrero de 2013
Llaman a la puerta, trae mi nombre...
Es muy tarde. Respiro dejo. La noche la esconde.
La noche queda rota, no se mueve, solo mi nombre...
La ventana, triste y oscura, se moja y no hay lluvia
Una voz sin cuerpo, esconde sombras, rompe mi nombre.
Hace mucho tiempo..., y no la veo. Hace frío.
Un aire tirita hacia fuera, gime un frío hacia dentro.
Esta noche trae nieve, rasgará su alma el frío.
Mi nombre en su boca, en la puerta, pica, no llora.
Cariacontecida, la noche, ofrece un segundo, es un suspiro.
Llega al primer recuerdo, es baldío y yermo:
¡No amas si olvidas!. ¡Tengo sed!, así que amo y olvido.
Vendrás, aunque luego te lloren las entrañas. Y... esperó.
El firmamento lo vio, sollozó y cien veces renegó.
El amor y él ni se conocen, no cruzan ni palabra.
Ella lo llamaba y nunca le acompañaba.
Yo soy el que te cuidará, un momento, siempre roto.
Todo sentimiento jugara contigo, pero conmigo olvidara.
Ya descansaba en mis ojos, se engañaba tras mis palabras.
Una vez la llene de contenta, otro día le vacié los sentidos.
Su cuerpo no encontró sitio. Sólo le acompaña un silencio.
Hoy, repica mi nombre tras la puerta, una lágrima en busca de alma.
La puerta quiere reventar. La ventana abrirse en par.
Pero es noche de frío. Mi boca esconde el nombre.
Ella no tendrá vida en la tierra, yo jamás descanso, no habrá cielo.
Llaman a la puerta, trae mi nombre...
Luis Ezquerra
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