La corriente
Poema publicado el 19 de Septiembre de 2023
Has mirado dentro: estaba allí
tan pura la corriente.
Y fluye como tierra en floración.
Descifra el bosque en luz herida:
la lenta incertidumbre es el asombro
con que extiende el dominio de su causa.
Se cansa de esperar quien se proclama
sobre el halo central de la belleza.
Se adentra en el latido de los dones
quien teje su virtud en sombra humilde.
(No digas nada.
El tiempo en la pared todo lo cura.
La casa en silencio, amorosa y candente).
Y cuando venga el frío
sólo yérguete;
yérguete a pesar de la clemencia,
yérguete
como el faro ante el mar buscando vida,
distancia al horizonte,
temblor en la tiniebla.
No intentes escapar
del corazón de la borrasca
mientras con grácil forma se convence
de morir,
ni preguntes a los pájaros
por la huella que dejó
el fantasma de la brújula,
su rumor celeste.
Son tu ojos ahora sólo
la densidad azul del fuego,
la memoria de los rostros
que no supieron del mal ni de su estirpe,
que fueron gesto de inocencia
y en la calma de una tarde hicieron su morada,
su batallón de luz sobre la piedra
buscando las palabras de la tribu,
el testamento fiel del otro sueño
para entregarse y ver
como hoy en mí tan pura la corriente.
(de "Demarcación de la ceguera")
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Poema publicado el 19 de Septiembre de 2023
Has mirado dentro: estaba allí
tan pura la corriente.
Y fluye como tierra en floración.
Descifra el bosque en luz herida:
la lenta incertidumbre es el asombro
con que extiende el dominio de su causa.
Se cansa de esperar quien se proclama
sobre el halo central de la belleza.
Se adentra en el latido de los dones
quien teje su virtud en sombra humilde.
(No digas nada.
El tiempo en la pared todo lo cura.
La casa en silencio, amorosa y candente).
Y cuando venga el frío
sólo yérguete;
yérguete a pesar de la clemencia,
yérguete
como el faro ante el mar buscando vida,
distancia al horizonte,
temblor en la tiniebla.
No intentes escapar
del corazón de la borrasca
mientras con grácil forma se convence
de morir,
ni preguntes a los pájaros
por la huella que dejó
el fantasma de la brújula,
su rumor celeste.
Son tu ojos ahora sólo
la densidad azul del fuego,
la memoria de los rostros
que no supieron del mal ni de su estirpe,
que fueron gesto de inocencia
y en la calma de una tarde hicieron su morada,
su batallón de luz sobre la piedra
buscando las palabras de la tribu,
el testamento fiel del otro sueño
para entregarse y ver
como hoy en mí tan pura la corriente.
(de "Demarcación de la ceguera")
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