Paradoja del frío
Poema publicado el 19 de Septiembre de 2023
"para Emilio Siegfried"
"auditam moderere arboribus fidem"
Horacio
"Solo creo en ti, planeta donde muero,
donde murió quien siempre me acompaña."
Manuel Altolaguirre
Si el frío es desnudez
que da dolor y no se asombra
de todo lo arrasado,
es pacto y condición y siega firme
para tener palabras que construyan.
Si lleva el asombrar por dentro
y en batalla de formas aparentes
persiste la clemencia del oído:
espacio en palimpsesto que detiene
la lenta división de la materia.
Si cauto no florece y fuerte brama
en giro a persuadir por maleficio.
Umbral del traspasar, no habrá más puertas
ni sed comunicante.
Arterias del fluir, la luz del nombre
en las manos que buscan el concepto:
los guantes de la muerte para no
dejar un rastro en rueda de visión:
escritas las canciones desoladas,
fecundada la rosa del futuro.
Paciencia del nictálope que rige
los territorios donde el ser es sueño.
Quimeras del sentido, remonta el corazón
y naufragan los barcos de codicia.
Correoso dispara paradojas:
si "fuego helado", el frío contribuye
a la creación y al canto.
Si no crea ceniza y ama al sol
su hortícola poder es lo que impera.
Deslizante la fórmula de mieles,
si dulce ha procedido, extrema brota.
Oscura transparencia,
el viaje es el adiós de la planicie.
El fuego circular de la expansión
en boca del infierno, su manera
de decir, de tener
lo que ni reina ni se sabe
con paso identitario de la ausencia.
Si es lírica la nieve,
el texto es la estación del infinito.
Blancura del desastre, lo negro de la llama
para que todos duerman y cercano un ángel
con un secreto manto los acoja.
Si sordo avanza, tan cansado vence.
El dios de las cosechas ha palpado
la madreselva del feliz, y no permite
ni la ruina ni el fondo del abismo.
(de "Ave es el nido", inédito)
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Poema publicado el 19 de Septiembre de 2023
"para Emilio Siegfried"
"auditam moderere arboribus fidem"
Horacio
"Solo creo en ti, planeta donde muero,
donde murió quien siempre me acompaña."
Manuel Altolaguirre
Si el frío es desnudez
que da dolor y no se asombra
de todo lo arrasado,
es pacto y condición y siega firme
para tener palabras que construyan.
Si lleva el asombrar por dentro
y en batalla de formas aparentes
persiste la clemencia del oído:
espacio en palimpsesto que detiene
la lenta división de la materia.
Si cauto no florece y fuerte brama
en giro a persuadir por maleficio.
Umbral del traspasar, no habrá más puertas
ni sed comunicante.
Arterias del fluir, la luz del nombre
en las manos que buscan el concepto:
los guantes de la muerte para no
dejar un rastro en rueda de visión:
escritas las canciones desoladas,
fecundada la rosa del futuro.
Paciencia del nictálope que rige
los territorios donde el ser es sueño.
Quimeras del sentido, remonta el corazón
y naufragan los barcos de codicia.
Correoso dispara paradojas:
si "fuego helado", el frío contribuye
a la creación y al canto.
Si no crea ceniza y ama al sol
su hortícola poder es lo que impera.
Deslizante la fórmula de mieles,
si dulce ha procedido, extrema brota.
Oscura transparencia,
el viaje es el adiós de la planicie.
El fuego circular de la expansión
en boca del infierno, su manera
de decir, de tener
lo que ni reina ni se sabe
con paso identitario de la ausencia.
Si es lírica la nieve,
el texto es la estación del infinito.
Blancura del desastre, lo negro de la llama
para que todos duerman y cercano un ángel
con un secreto manto los acoja.
Si sordo avanza, tan cansado vence.
El dios de las cosechas ha palpado
la madreselva del feliz, y no permite
ni la ruina ni el fondo del abismo.
(de "Ave es el nido", inédito)
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