Un dibujo
Poema publicado el 21 de Octubre de 2023
El otoño es como un caballo blanco
que está en silencio y bebe agua.
(El lenguaje puede fluir
o puede enfrentarse a ciertas problemáticas,
llenarse de dudas en cruz).
Cuando llega el otoño (cuando llega de verdad)
me vuelvo un poco loco y me hago invisible
para mí mismo. Los invisibles
tienen poderes,
los invisibles pueden
correr y saltar y afinar sus instrumentos
y leer poemas desde una azotea.
El pintor mira a la paleta y no piensa en los colores
sino en las manos de la nada. Los pinceles
contienen alfabetos y lo fácil
es temblar como una oveja cuando acecha el lobo.
El crepúsculo se congela
como la fotografía que prefieres no ver.
La lluvia nos permite alterar las posiciones,
hacer un círculo que a su vez es fuego
o humo en rotación como estas nubes.
(Las nubes bajas son gigantes de vapor
y el viento las arrastra hasta parecer brujas en mi ventana).
El café colombiano es la manera más práctica
de pensar en poesía colombiana,
de comenzar a colocar carretes
en el umbral del lenguaje. El lenguaje
es tiempo y espacio y sordo laberinto
y al fondo como un río
se origina el decir, el regreso
molar de la hecatombe.
("Interminables")
Apartado "Contemplo un heliotropo"
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Poema publicado el 21 de Octubre de 2023
El otoño es como un caballo blanco
que está en silencio y bebe agua.
(El lenguaje puede fluir
o puede enfrentarse a ciertas problemáticas,
llenarse de dudas en cruz).
Cuando llega el otoño (cuando llega de verdad)
me vuelvo un poco loco y me hago invisible
para mí mismo. Los invisibles
tienen poderes,
los invisibles pueden
correr y saltar y afinar sus instrumentos
y leer poemas desde una azotea.
El pintor mira a la paleta y no piensa en los colores
sino en las manos de la nada. Los pinceles
contienen alfabetos y lo fácil
es temblar como una oveja cuando acecha el lobo.
El crepúsculo se congela
como la fotografía que prefieres no ver.
La lluvia nos permite alterar las posiciones,
hacer un círculo que a su vez es fuego
o humo en rotación como estas nubes.
(Las nubes bajas son gigantes de vapor
y el viento las arrastra hasta parecer brujas en mi ventana).
El café colombiano es la manera más práctica
de pensar en poesía colombiana,
de comenzar a colocar carretes
en el umbral del lenguaje. El lenguaje
es tiempo y espacio y sordo laberinto
y al fondo como un río
se origina el decir, el regreso
molar de la hecatombe.
("Interminables")
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